Los restos del soldado Fabricio Edgar Carrascull, oriundo de Córdoba, que murió en la guerra de Malvinas fueron identificados en el cementerio de Darwin. De esta manera, ya son 104 los casos positivos logrados desde el inicio de los trabajos forenses que realizó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
El soldado Carrascull participó del combate en Pradera del Ganso cuando los ingleses desembarcaron en San Carlos, su superior, el teniente Roberto Estévez, recibió la orden de atacar las Colinas de Boca House.
El valiente oficial supo que aquella era una misión sin retorno. Y arengó a su tropa antes de ponerse en marcha. Llegaron a la madrugada, bajo un intenso fuego de artillería. Era el sacrificio que tenían que hacer para evitar la caída de la posición de Darwin-Pradera del Ganso y "para evitar la presión del enemigo sobre la Compañía C del Regimiento 12 de Infantería", le dijeron los altos mandos.
Fabricio y sus compañeros tenían que recomponer esa primera línea de ataque. "Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino", dijo el oficial superior.
Y entonces el chico de Hernando escuchó los gritos de Estévez que les decía: "Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen".
Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la orden: "¡Seguirme!". Y solo un rato después estuvieron en medio del feroz combate.
Estévez fue herido en una pierna y luego en hombro. "¡Me pegaron de nuevo, cabo Castro no abandone el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería…!", fue su última orden antes que un impacto en la cara terminara con su vida.
"Soldados, el teniente está muerto, me hago cargo", gritó Castro, un instante antes de ser alcanzado por una ráfaga de proyectiles trazantes.
Y entonces Fabricio Carrascull, con sus 18 años y sus 20 días de instrucción, tomó la radio en medio de los disparos y los estruendos de mortero y gritó: "¡Murió el teniente, murió el cabo! ¡Me hago cargo! Nadie se mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que aparezcan".
El joven alegre, que amaba el fútbol, la música de León Gieco, el que hacía reír a su familia, el que tarareaba Las grasas de las capitales de Serú Girán en las islas, ya no sonreía. Con la radio en su mano impartía órdenes para seguir combatiendo a un enemigo que los superaba en hombres y en armas.
"Los ingleses se repliegan, los hemos detenido y los obligamos a retirarse. ¡Viva la Patria!", sintieron sus compañeros que gritaba, cuando los ingleses se movieron en retirada. En ese instante un preciso disparo le dio en la cabeza. Fabricio cayó en la trinchera junto a la radio con la que había dirigido a sus compañeros.
Fue el 28 de mayo de 1982. Su cuerpo, junto a los de sus 38 compañeros que murieron en esa batalla, quedó sobre la turba. En el bolsillo de su pantalón de combate encontraron la cámara de fotos que le había dado su padre y dos rollos. Los británicos se la llevaron. El subteniente Gómez Centurión cavó la fosa junto a otros de los militares que habían caído prisioneros del 2° Batallón de Paracaidistas y la 5ta Brigada de Artillería británicas.
Ocho días después del combate los enterraron en una fosa común. Tres oficiales ingleses y tres argentinos rindieron honores. Un sacerdote argentino -el padre Mora- y un capellán inglés -David Cooper- hicieron una oración por los caídos. Allí clavaron una precaria cruz de madera.
"En el marco del Plan Proyecto Humanitario Malvinas, la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación comunica la identificación positiva de Fabricio Edgar Carrascull, que se convierte de esta manera en el soldado argentino número 104 en ser localizado en el Cementerio de Darwin", informó este mediodía el organismo que encabeza Claudio Avruj.
La nueva identificación se conoce un día después de que la iniciativa -lograda gracias a negociaciones diplomáticas entre los gobiernos de Argentina y el Reino Unido- fuera distinguida en Ginebra, sede del CICR, como un ejemplo de "diplomacia al servicio de objetivos humanitarios".
Madre (izq) y hermana (der) del soldado Fabricio Carrascull |
Su hermana Eleanor fue notificada por el equipo interdisciplinario de la secretaría en dependencias del Archivo Nacional de la Memoria, exESMA.
0 comentarios :
Publicar un comentario