Desde la génesis de la usurpación británica de las islas Malvinas, Estados Unidos nunca se mantuvo al margen. Desde aquellas actividades de contralor que el gobernador Argentino de Malvinas, Luis Vernet llevaba a cabo contra barcos balleneros, no autorizados, en la zona de Malvinas, que fastidiaron a los deseos de EEUU y habilitaron a que la corbeta de guerra Lexington de los Estados Unidos destruyera las instalaciones de Puerto Soledad. Facilitando, con ese accionar, el 2 de enero de 1833, para que llegara una fragata de guerra británica HMS Clio, al mando del pirata usurpador, John James Onslow ,con el rango de capitán para que usurpe la posesión argentina de las islas a favor del Imperio británico.
Durante la guerra de Malvinas
EEUU llegó a participar, activa e indirectamente, en el mismo conflicto de Malvinas durante 1982, al proporcionar armamento (misiles AIM-9L) para los aviones Harrier británicos, como información satelital para seguir los movimientos de la flota argentina.
Ya no es de extrañar, que ahora continúe adoptando la misma posición, por más que intente hacerle creer a la Argentina que es neutral. EEUU al reconocer al gobierno usurpador de las islas ya está sentando posición a favor de su aliado británico, mientras que a la Argentina le dice, lo que quiere escuchar !!: como por ejemplo que es un conflicto bilateral !! y que debe ser arreglado entre Argentina y el Reino Unido, una manera de lavarse las manos ante el reclamo argentino. Una postura inconsistente que se contrapone al apoyo firme de las acciones unilaterales que lleva a cabo Gran Bretaña en el Atlántico Sur, otorgádole el "reconocimiento" que Washington hace "a la administración de facto" que Gran Bretaña ejerce sobre las islas desde 1982, a punto tal de apoyar y acompañar la exploración de yacimientos petrolíferos en torno a las islas Malvinas.Donde una empresa petrolera estadounidense, Anadarko -con sede en Houston, Texas- que operaría con el aval de "los más altos niveles" políticos de Washington, pagaría unos 1.500 millones de dólares al gobierno británico para sumarse a la exploración de hidrocarburos en las Islas Malvinas.
Militarización minimizada
Ante las denuncias llevadas a cabo por Argentina ante las Naciones Unidas por la militarización británica del Atlántico Sur, Estados Unidos,el gobierno de Barack Obama terminó por admitir que "no le preocupa" la supuesta "militarización" del Atlántico Sur denunciada por la Argentina ante las Naciones Unidas la semana pasada.
Más aún, la administración demócrata dejó en claro que "no tiene razones para cuestionar" las explicaciones británicas respecto de que su presencia militar en la zona de Malvinas es "la normal para esta época del año".
La posición del Departamento de Estado se conoció en la habitual rueda de prensa que ofrece la cartera y sugiere, de hecho, una toma de posición en favor de los argumentos británicos.
La vocera de Hillary Clinton, Victoria Nuland, terminó por admitir que para Washington "no hay motivo de preocupación" ante la supuesta militarización de la zona, denunciada por el gobierno argentino y que "no tiene motivos" para dudar de las explicaciones de Londres al respecto.
"Gran Bretaña nos ha dejado claro a nosotros y a los argentinos que su presencia naval en la zona es la normal y la esperable para esta época del año -dijo Nuland-. No tenemos razones para cuestionar eso."