En su reciente carta al presidente Mauricio Macri, la Primer Ministro británica Theresa May estrenó la diplomacia malvinense post-Brexit. Básicamente “ofrece” una agenda centrada en comunicaciones y levantamiento de la legislación argentina que obstaculiza a los británicos la exploración y explotación de recursos energéticos en esas aguas.
Esta “oferta” de Londres merece ser debidamente analizada porque expresa la estrategia resultante de un nuevo contexto político. El Brexit constituyó un suicidio político para el Reino Unido; por esa razón el gobierno conservador persigue un objetivo muy claro: postergar todo lo posible el inicio de la separación entre Londres y Bruselas. La misión imposible de May es un oxímoron: “irse pero quedarse”. La estrategia de ganar tiempo tiene calendario. Recién en el 2017 pedirá que se habilite el Art. 50 del Tratado de Lisboa que marca el inicio de divorcio, de esa forma posterga todo para el 2019. Recordemos que al día siguiente a la consulta, la Comisión Europea pidió un “trámite urgente” de separación.