La Fragata Libertad prisionera
Argentina está sufriendo una de las mayores humillaciones que un país soberano pueda soportar, la del embargo de la nave insignia de la Armada Argentina, el buque escuela Fragata Libertad, a la que le impusieron un embargo un puñado de acreedores tenedores de bonos de la deuda Argentina, conocidos como fondos buitres. En este lamentable episodio del que no es ajeno el Gobierno argentino, que dispuso las escalas en los puerto africano como el de Ghana, un país con el cual Argentina no tienen ningún tipo de relación ni siquiera diplomática, donde no hay embajadas ni lazos comerciales.
En el recorrido anual de la fragata Libertad los funcionarios del gobierno argentino son responsables del mismo. Por lo tanto son quienes llevaron a este atolladero a la nave insignia argentina, que conjuntamente con toda su dotación de marinos tienen truncado su derrotero por capricho de un país africano como Ghana aliado de los británicos. Los miembros de los fondos buitres dedican su tiempo a perseguir, intimar e intimidar al Gobierno argentino, mediante embargos y medidas extorsivas exigencia del pago, de los bonos de los que viven como chupasangres, sobre cualquier bien argentino que se halle en cualquier parte del mundo.
Mitt Romney tiene un millón de dólares en fondos buitre
Mitt Romney candidato a presidente de EEUU |
Ghana, los “fondos buitres” y el Commonwealth
El Estado argentino no dispone de su buque insignia, perdió poder sobre él. Ghana es un pequeño país ubicado en la costa occidental del África Subsahariana. Como casi todas las naciones de esta región del mundo, obtuvo su independencia durante el denominado período de descolonización. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña y Francia (las potencias coloniales que dominaban estos territorios) se encontraban debilitadas. Esta situación desencadenó una ola independentista, la cual Ghana aprovechó para emanciparse de su antigua metrópoli: Gran Bretaña. Fue así que el 6 de marzo de 1967 los ghaneses gritaron “libres” y dieron inicio a una nueva vida soberana. A pesar del nuevo escenario, los vínculos entre Accra y Londres se mantuvieron firmes. De hecho, se mantienen firmes hasta el día de hoy. No es casualidad que Ghana sea uno de los 52 miembros de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth of Nations). El “Commonwealth” es una organización compuesta por estados que alguna vez pertenecieron al Imperio Británico y, en la actualidad, mantienen fuertes lazos políticos y económicos con Inglaterra. Lo que quiero decir con este pequeño repaso histórico es que la Fragata Libertad no está atrapada en un país “cualquiera” de África. Está atrapada en un país africano aliado a Gran Bretaña (el archienemigo de la Argentina). Realmente no se quién es responsable de haber colocado la nave en tan comprometida situación. Según trascendidos periodísticos, las responsabilidades podrían ser de Timerman (Canciller), de Martín (ex jefe de la Armada), de la propia Cristina (Presidenta y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas), de Moreno (Secretario de Comercio) o de una mezcla de todos ellos y algunos más. En definitiva, no importa quién fue el funcionario o los funcionarios que diseñaron la ruta. Lo importante por remarcar es que la responsabilidad de haber “entregado” la Fragata es del Estado argentino, quien, más allá de cualquier análisis u opinión, envió de propia voluntad el buque a aquel puerto hostil. Una hábil pirueta discursiva usada por Cristina Kirchner fue la de responsabilizar a los “fondos buitres”. Es cierto que fueron estos fondos los que presionaron por la decisión judicial de quitarle la libertad a la Fragata Libertad. Pero Buenos Aires podría haber fácilmente “esquivado” a estos fondos. El default de la deuda pública argentina fue declarado por el ex presidente Rodríguez Saá en 2001 y, desde entonces, la Fragata dio diez vueltas al mundo sin ser alcanzada por ningún “buitre” (ave rapaz que suele alimentarse únicamente de animales muertos). Quizás el gobierno de Cristina Kirchner debería haber usado menos tiempo en criticar a estos “financistas sin escrúpulos” y más tiempo en evitar ser alcanzado por ellos. La publicidad televisiva del atleta argentino entrenando en las Islas Malvinas para competir en los Juegos Olímpicos 2012 fue una hábil maniobra para “irritar” a los británicos. De todas formas, hubiera sido mucho más hábil no dejarle servido en bandeja el “Emblema de la Armada” a un aliado de Londres solo algunos meses después. En última instancia, hay un dato que ni el más ferviente defensor de Cristina Kirchner podría refutar. El actual gobierno entregó al “enemigo” (Gran Bretaña y/o los fondos buitres) su más simbólico buque sin que aquel disparara ni un solo tiro. No en vano el General Perón solía repetir la frase: “la única verdad es la realidad”. Y la realidad es que la Fragata, al menos por ahora, no volverá a Buenos Aires.