jueves, 12 de junio de 2014

Tiro Berreta : El ataque al destructor británico HMS Glamorgan con un misil Exocet en Malvinas


¨Tiro Berreta¨ : El ataque al destructor británico HMS Glamorgan con un misil Exocet lanzado desde tierra 

A principios de mayo de 1.982, el Estado Mayor Naval analizó la posibilidad de emplear misiles Exocet MM-38 para detener la acción de los barcos de guerra británicos, que sistemáticamente efectuaban un persistente cañoneo naval nocturno sobre las posiciones argentinas.

martes, 10 de junio de 2014

10 de junio: Día de la afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico

 
10 de junio: Día de la afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico

10 de junio de 1829 creación de la Comandancía Política y Militar de las Islas Malvinas 
Con el fin de reforzar la presencia del Estado argentino, el 10 de junio de 1829 el gobernador delegado de Buenos Aires, Martín Rodríguez, y su ministro Salvador María del Carril, por intermedio de un decreto ley crearon la 'Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico, con sede en la isla Soledad y con jurisdicción sobre las islas adyacentes al cabo de Hornos que dan hacia el océano Atlántico Sur.

En aquella época había intención del gobierno bonaerense de crear otra comandancia en la boca oriental del estrecho de Magallanes, lo que formalmente no se concretó

El mismo día se nombró a Luis Vernet con el título de Comandante Político y Militar, por intermedio de otro decreto.

Se acompañó el nombramiento con la entrega de un diploma sellado y firmado por las autoridades.
Vernet solicitó el apoyo gubernamental para el emplazamiento de un fuerte en la Isla Soledad, que debía contar con fortificaciones y artillería defensiva adecuadas. También insistió en que se le asignara un pequeño buque de guerra para asegurar el cumplimiento de lo dispuesto en la Ley Nacional de Pesca: efectuar la cobranza de los derechos de pesca en aguas sujetas a su jurisdicción, arresto de los infractores, transporte de maderas desde el estrecho de Magallanes, enlace con los asentamientos del río Negro y con el puerto de Buenos Aires, etc. Las autoridades aceptaron las sugerencias del comandante y le otorgaron cuatro cañones, cincuenta fusiles y la munición y pertrechos correspondientes. Se le entregaron también veinte quintales de hierro, un fuelle, herramientas de herrería, carpintería, construcción y labranza.

El 15 de julio Vernet se trasladó a las Malvinas junto con su esposa, María Sáez, y sus hijos Emilio, Luisa y Sofía. Viajaron con él 15 colonos ingleses y 23 alemanes, incluidas sus familias. Llevó además personal de servicio y peones en el que los rioplatenses (afroamericanos, gauchos e indígenas) eran mayoría. Al jurar la bandera y tomar posesión de su cargo, el 30 de agosto, leyó una proclama acompañada con las tradicionales veintiún salvas de cañón.

Luis Vernet primer Gobernador de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas 
Luis Vernet ejerció el cargo de comandante político y militar aplicándose a la tarea de hacer cumplir los reglamentos sobre pesca de anfibios, que realizada de forma indiscriminada por parte de los loberos y balleneros extranjeros, constituía un grave problema. El pago por derecho de anclaje fue sistemáticamente eludido por los balleneros y los cazadores clandestinos de guarás, especialmente ingleses y estadounidenses.

Una de las actividades económicas centrales fue la de la producción ganadera, generalmente a cargo de los gauchos e indígenas, que aprovechaba el ganado vacuno cimarrón que vagaba por la isla Soledad desde los tiempos del primer colono, Louis Antoine de Bougainville. Otras actividades primordiales eran las de la pesca de merluza y la caza de focas y lobos marinos, ambas en las aguas jurisdiccionales de la comandancia, tanto en Malvinas como en la isla de los Estados; y la del saladero que aseguraba la conservación de la mercadería exportada.

Los productos de las islas tenían como principal mercado a Buenos Aires: se exportaba carne salada, pescado en salmuera, sebo, cueros de lobos marinos y ganado vacuno, pieles de conejo, etc. La comandancia tenía asignadas algunas naves de transporte, comandadas por el asistente de Vernet, Matthew Brisbane, Emilio Vernet y otros.

El capitán Robert Fitz Roy fue huésped de la comandancia, algunos de sus comentarios dejan entrever cómo el continuo progreso material de la colonia había permitido alcanzar cierto grado de refinamiento en medio de la inhóspita geografía.

Su reporte al gobierno británico sobre el éxito alcanzado por el asentamiento sería fundamental en la renovación del interés del Reino Unido por las riquezas del archipiélago.

Vale por Diez Pesos con el sello de Islas de Malvinas
La población estable aumentó rápidamente, y superó el centenar de individuos. Cuando arribaban naves loberas y pesqueras contratadas por la comandancia, el número se elevaba a tres centenares. En 1830 nacieron los primeros seres humanos del archipiélago, entre ellos la cuarta hija de Vernet, el 5 de febrero, a la que se llamó Malvina.

Las proyecciones del negocio eran óptimas, y Vernet comenzó a planear la organización concreta de la proyectada comandancia sobre el estrecho de Magallanes. Envíó a Brisbane en el buque Unicorn para lograr la cooperación de los indígenas tehuelches del extremo meridional del continente. Estableció contacto con una cacique a la que se llamaba Reina María y la invitó a pasar dos semanas en las islas Malvinas. La mujer aceptó la invitación y la propuesta de bendecir la segunda comandancia; Vernet declaró un feriado en homenaje a la líder indígena. Los desastrosos acontecimientos de los meses siguientes impidieron la concreción del proyecto.

Aumento del interés británico por Malvinas

El Gobierno británico utilizó el nombramiento de Vernet como excusa para actuar, y el 19 de noviembre de 1831 envió una protesta al ministro de relaciones exteriores Tomás Guido. En dicho escrito el Reino Unido argumentaba que la evacuación de 1774 no había invalidado sus derechos al archipiélago, y acusaba al gobierno de Buenos Aires de haber avanzado sobre su soberanía. Con ese acto, el Reino Unido desconocía todos los antecedentes por los cuales había renunciado al territorio:

La Paz de Utrecht de 1712-1714, por la que se comprometía a no interferir en los dominios españoles de América Central y del Sur y sus aguas y territorios circundantes, y por lo tanto abandonaba cualquier reclamo de hipotéticos derechos.

El Tratado de Sevilla del 9 de noviembre de 1729 que reafirmaba la vigencia de lo dispuesto en Utrecht.
La Paz de Aquisgrán de 1748, que volvía a confirmar lo acordado en materia territorial por el texto de Utrecht.

La Declaración de Masserano de 1771, firmada por sus más altas autoridades, en la que España confirmaba expresamente sus títulos de soberanía sobre el archipiélago.

El Tratado de San Lorenzo de 1790 en el que reconocía explícitamente la soberanía española sobre las Malvinas y renunciaba a todo intento de comerciar y formar colonias en sus mares.

La continua e inobjetada ocupación española del archipiélago desde 1767 hasta 1811, que contrastaba con el breve asentamiento británico, abandonado en 1774 posiblemente debido a un acuerdo secreto con España, según admite buena parte de la historiografía británica coetánea y actual.

La toma de posesión formal de las islas en 1820 por parte del Estado argentino bajo el marco legal del uti possidetis iure, cuya noticia fue publicada en Europa y en los Estados Unidos; y el nombramiento sucesivo de tres comandantes militares rioplatenses con el objeto de asegurar la sumisión efectiva del territorio,hechos por los cuales nunca emitió reserva ni queja, ni al reconocer oficialmente en 1823 a la nueva nación ni al firmar en 1825 el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con las Provincias Unidas.

Incidente pesquero

En agosto de 1831, tras un incidente con  tres pesqueros estadounidenses, Vernet se retiró a Buenos Aires, donde arribó con la goleta Harriet (cuyo cargamento había incautado) con el fin de someter el caso al fallo del Tribunal de Presas.

En dicha ocasión, el cónsul norteamericano en Buenos Aires desconoció el derecho argentino a reglamentar la pesca en las Malvinas. A fines de ese año, personal de la corbeta de guerra USS Lexington, de la Armada de los Estados Unidos, incursionó en Puerto Soledad al mando del capitán militar Silas Duncan y cometió hechos gravísimos: se saquearon los bienes y las propiedades, se destruyeron las instalaciones de artillería y los principales pobladores fueron conducidos prisioneros ilegalmente a Montevideo, en lo que fue un desigual acto de guerra.

La acción cometida por Duncan causó conmoción en Buenos Aires. En junio de 1832, el encargado de negocios norteamericano, Francis Baylies, siguiendo instrucciones de su gobierno, exigió la desautorización de Vernet, la devolución de los bienes incautados por él, y el pago de una indemnización. A su vez, puso en duda la legitimidad de los títulos de soberanía argentina. Ante tales circunstancias, el gobernador Juan Manuel de Rosas lo declaró “persona no grata” y le extendió los pasaportes correspondientes.

Tras su regrego a Buenos Aires Vernet nunca fue repuesto en su cargo ni volvió a las islas. Finalmente, murió en el año 1871.

Usurpación británica de las Islas Malvinas

El 2 de enero de 1833, después del prólogo del incidente Lexington, Vernet marchó en demanda de ayuda a la ciudad de Buenos Aires, le sucedió como gobernador designado Mestivier y luego, cuando era ya gobernador interino el capitán Pinedo, las naves de su majestad invadieron el territorio argentino. La invasión inglesa quedó a cargo del capitán militar John James Onslow, quien al mando de la fragata Clío se lanzó al ataque de Puerto Soledad.

La resistencia militar organizada por Pinedo fue escasa o nula: a las 9 de la mañana del día siguiente el capitán Onslow desembarcó y ordenó izar la bandera británica y arriar la argentina, que fue entregada a Pinedo para que la llevase de regreso a Buenos Aires. Pinedo transfirió su cargo de comandante al francés Juan Simon, capataz de los peones criollos. Dos días después Pinedo, sus oficiales y soldados, más un grupo de habitantes, zarparon de las islas con proa al Río de la Plata. La usurpación británica de las Islas Malvinas había se había consumado.

Protesta argentina

Cuando el gobierno argentino supo de lo acontecido en las islas, el ministro de relaciones exteriores Manuel Vicente de Maza citó al representante británico, quien admitió desconocer el asunto. Maza sostuvo:
    (...) el gobierno de Buenos Aires no podía ver en [la agresión británica] sino un gratuito ejercicio del derecho del más fuerte... para humillar y rebajar a un pueblo inerme e infante.

Este fue el inicio de un larguísimo patrón de argumentaciones diplomáticas entre Argentina y el Reino Unido que se extendería hasta la actualidad, casi sin variaciones por el lado argentino y con al menos tres giros fundamentales por el británico, cambiando la argumentación según su conveniencia para disimular su acto de usurpación del archipiélago.

viernes, 6 de junio de 2014

La OEA apoyó a la Argentina en su reclamo por las Malvinas

La OEA apoyó a la Argentina en su reclamo por las Malvinas

En la 44ta Asamblea General se mostró un fuerte respaldo americano a las aspiraciones argentinas de negociar con Reino Unido.

En la XLIV Asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) Argentina recibió un nuevo e importante apoyo en su aspiración de negociar con el Reino Unido la soberanía de las Malvinas. La reunión, que tuvo lugar en Paraguay del 3 al 5 de junio, concluyó con una resolución favorable a las negociaciones que fue aprobada por aclamación en la que se "reafirma la necesidad" de que ambos gobiernos "reanuden cuanto antes" conversaciones sobre el tema.

El canciller Timerman defendió la iniciativa al denunciar "el ultraje del que "fue y es víctima el país". También advierte que "el Reino Unido invoca el principio de autodeterminción, ya desechado por la misma comunidad de naciones que pide negociaciones, porque suplantó a la población por una transplantada y desde entonces mantiene control inmigratorio más cerrado del mundo".

El diplomático detalló que los kelpers "tienen derecho a adquirir tierras ilimitadas en Argentina continental, derecho a una educación gratuita, a una salud sin costo alguno, a votar y ser elegidos", pero "en contrapartida, los argentinos continentales no pueden ir a vivir, comprar un terreno y menos que menos a tener servicios gratuitos" en las islas. Según el canciller argentino, la negativa del Reino Unido a conversar es "la antítesis de la idea fundacional de la ONU, es contraria a la paz y es ofensiva para quienes dieron la vida por un mundo justo".

Timerman dio un toque de atención a los observadores extranjeros cuyas máximas autoridades se niegan a responder cuando el tema es Malvinas. Al pedir el apoyo de la región, el canciller remarcó que "no se trata de tomar partido por Argentina o el Reino Unido, sino de apoyar la esencia misma del derecho internacional".

El texto menciona que el asunto de las Malvinas "constituye un tema de permanente interés hemisférico" y cita que la incorporación del Reino Unido a la OEA como observador permanente "refleja principios y valores compartidos entre ese país y los Estados miembros de la Organización que permiten un mayor entendimiento mutuo". Asimismo, se lamenta que a pesar de los importantes vínculos comerciales, culturales y políticos que mantienen Argentina y el Reino Unido "no se ha podido aún reanudar las negociaciones tendientes a resolver la disputa de soberanía" y destaca "la voluntad del Gobierno argentino de continuar explorando todas las vías posibles para la solución pacífica de la controversia".

Al leer la iniciativa, Brasil respaldó la resolución, seguido en cadena por representantes de Nicaragua, Venezuela (en nombre de los países del ALBA), Paraguay, Bolivia, México, Panamá, El Salvador, Chile, Surinam, Ecuador, Perú, Colombia, Guatemala, Honduras, República Dominicana, Guyana, Antigua y Barbuda y Uruguay. Canadá mostró abiertamente su desacuerdo al reclamar que el uso de la Asamblea debería quedar limitado a “desafíos comunes para todos los miembros de la OEA”. Estados Unidos no habló. A pesar de la minoría disidente, el canciller paraguayo, Eladio Loyzaga, encargado de presidir la sesión, anunció que el texto había sido aprobado por unanimidad.

http://www.perfil.com/

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