El favorito para convertirse en líder del laborismo propuso una administración en conjunto de las islas y cuestionó el gasto en armamentos. Tiene una relación estrecha con Alicia Castro. Rechazo de los kelpers.
Jeremy Corbyn lidera las encuestas para las elecciones internas del laborismo y despierta pasiones encontradas no sólo en el Reino Unido, sino también en Argentina y en las islas Malvinas. El 12 de septiembre, el principal partido de oposición elegirá a su próximo líder y, sorpresivamente, el parlamentario de izquierda encabeza las encuestas, con 53% de intención de voto. Su triunfo significaría un cambio de agenda del laborismo en política exterior. Corbyn adelantó que pedirá perdón a británicos e iraquíes por la invasión a Irak. Pero el dato que más entusiasma en la Cancillería argentina es que está a favor de dialogar por las islas Malvinas y hasta propuso una administración conjunta entre los dos países.
Nació a la vida política en 1982, cuando a más de 12 mil kilómetros de distancia los disparos de morteros y los combates cuerpo a cuerpo en Monte Longdon desgarraban a familias argentinas y británicas. Ese año fue elegido por el laborismo para disputar la banca parlamentaria en Islington North, al norte de Londres. Un año después, consumada la derrota argentina en la guerra, Corbyn llegó a Westminster, enarbolando las banderas de la paz.
En un debate organizado por la BBC en 2013, Corbyn fue explícito: criticó el gasto armamentista del Reino Unido en las islas y consideró que la posición del Foreign Office precipitaría un bloqueo económico y malas relaciones diplomáticas con América Latina. “Hay una carta de cinco premios Nobel de la Paz que sostiene que sin necesidad de tocar la cuestión de la nacionalidad, hay espacio para algún tipo de debate, como pidió la ONU. ¿Por qué no podemos responder a esa propuesta en vez de siempre oponernos a todo y gastar tanto dinero en armas?”, declaró. Pero ésa no fue la única vez que Corbyn mantuvo esa postura. En marzo de este año interpeló en el Parlamento al secretario de Defensa, Michael Fallon, al preguntarle qué “discusiones políticas, diplomáticas o de defensa” había tenido con Argentina “para reducir tensiones en el área”.
Ezequiel González, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford, admite que la posición del parlamentario es marginal en el espectro político británico. “Corbyn teme por el deterioro de las relaciones con el resto de América Latina en caso de que el conflicto sufra una escalada. En este sentido, propone una solución que no toque la cuestión de la nacionalidad de los isleños, pero que sí incluya un arreglo de administración conjunta”. “El se ubica bastante más a la izquierda que el votante medio. La cuestión Malvinas es un claro ejemplo de esto, con lo cual no es obvio que pueda ser elegido o que, de llegar al gobierno, marche en esa dirección. Elegirá cuidadosamente qué batallas pelear. Intuyo que Malvinas no será una prioridad”, agregó.
La embajada argentina en Londres declinó comentar sobre la postura de Corbyn “por tratarse de cuestiones de política interna” británica. Lo cierto es que Alicia Castro cultiva una estrecha relación con el laborista, al que conoció hace muchos años en un encuentro sindical. Los kelpers, por su parte, también manifestaron que sería incorrecto inmiscuirse en la elección laborista. “Pero si el señor Corbyn gana, buscaremos concertar un encuentro con sus asesores para explicarles nuestra posición. El nunca buscó relacionarse con nosotros y averiguar nuestra postura, por lo que cualquier declaración que haya dado en el pasado estuvo basada sólo en el punto de vista de la Argentina”, comentó Sukey Cameron, representante en Londres del gobierno de las islas Malvinas.
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