Desde la Comisión de Familiares de Caídos reclamaron que el Nobel de la Paz hablara de NN y viajara pese a que no tiene seres queridos muertos en la guerra.
Al aterrizar en el Aeroparque Jorge Newberry, la comitiva que viajó a las Malvinas con el objetivo de impulsar el diálogo entre el gobierno de las islas y la Argentina , encabezada por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, fue escrachada por los familiares de combatientes de la guerra.
La Comisión de Familiares de Caídos se acercó al lugar para repudiar las acciones de la Comisión Provincial por la Memoria, integrada por Esquivel, la referente de Madres de Plaza de Mayo -línea fundadora- Nora Cortiñas y el Padre "Pepe", entre otros, porque no refleja lo que ellos sienten y promulgan.
En diálogo con el canal Crónica, María Fernanda Araujo, presidenta del grupo de familiares, se mostró enojada con el premio Nobel porque habló de soldados sin identificar. "En Malvinas no hay NN, tienen nombre y apellido todos los caídos. No se puede decir que son NN, este no es un tema de desaparecidos.
Los familiares estamos con mucha bronca, no puede ser que un argentino nos trate así. Pérez Esquivel no fue en representación de las familias de los caídos", advirtió.
"Queremos dejar expreso que Malvinas tiene 649 héroes con nombre y apellido. En Darwin hay 123 tumbas sin localizar, esa es la palabra. Mi hermano tiene nombre y apellido, la familia sabe bien a dónde fue", reclaró Araujo, que además se mostró descontenta porque a su madre jamás la invitaron a que viaje a las islas para ver el cementerio en donde está enterrado su hijo y reprochó a la comitiva que sí estuvo en las islas que no tienen familiares caídos.
Una recepción fría
Los 14 integrantes de la Comisión Provincial de la Memoria de Buenos Aires denunciaron haber recibido un trato hostil de los isleños durante la semana que permanecieron en las Islas Malvinas.
El sacerdote José Di Paola, Padre "Pepe", dijo que fueron tratados hostilmente por grupos: "Creo que hay un grupo muy armado, organizado, de parte del grupo político ligados al gobierno de allá, que han impedido el vínculo que podamos tener como correspondía. Hubo también ciertas provocaciones en las que nunca hemos caído (...) y eso impidió un buen trato, una buena relación; pero iniciamos un camino, que va a llevar mucho tiempo, pero lo iniciamos".
Adolfo Pérez Esquivel coincidió en que el trato recibido no fue el mejor e insistió en "las presentaciones que sean necesarias ante los organismos internacionales para establecer como zona no nuclear a todo el archipiélago".
Antes de tomar el vuelo desde las Malvinas hacia Río Gallegos, Pérez Esquivel había calificado la experiencia como "muy intensa", reconoció haber sufrido "agresiones verbales" por parte de los isleños y haber visto letreros que afirmaban que "no eran bienvenidos" en el lugar.
"No nos dejaron colocar el pañuelo de las Madres, no somos bienvenidos aquí", explicó el referente de los derechos humanos, y afirmó que será "un trabajo a realizar descomprimir esta tensión", según publicó la agencia Télam.
También mostró su preocupación por la presencia de la base militar de Mount Pleasant y el anuncio de su refuerzo por parte de las autoridades británicas.
Finalmente, Pérez Esquivel dijo que los isleños no quieren "dialogar hasta que los argentinos renuncien a sus reclamos de soberanía" y que el objetivo de la militarización del Atlántico Sur tiene como objetivo el dominio de la Antártida.
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