miércoles, 19 de septiembre de 2012

Malvinas: frustran maniobra británica en foro hemisférico


Malvinas: diputados frustraron una maniobra inglesa en foro hemisférico

La discusión por la soberanía de las Islas Malvinas es una pelea que se da en todos los frentes. Hasta en los lugares más inesperados. Esa es la conclusión a la que llegó el grupo de seis diputados argentinos que asistió a la IX Asamblea Plenaria de ParlAméricas, un foro que reúne una vez al año a los parlamentarios de las 35 naciones del hemisferio. La asamblea se realizó en el hotel Sheraton de la ciudad de Panamá entre el 30 de agosto y el 1º de septiembre. La delegación argentina se topó con una sorpresa apenas intentó acreditarse. Entre los inscriptos que querían participar de las actividades oficiales de la cumbre se encontraban dos legisladores británicos. Se presentaban como kelpers y decían representar a la Asamblea Legislativa de las Malvinas. La aceptación de los isleños como participantes de ParlAméricas hubiera significado un precedente para el reconocimiento de las islas como un Estado autónomo, como pretenden los kelpers. Habría sido una derrota diplomática para la Argentina. La complejidad del escenario, que además era impensado, porque los temas de la cumbre eran medio ambiente y cuestiones de género, hizo que los seis diputados argentinos se movieran en bloque, más allá de las diferencias partidarias. La presión argentina logró el apoyo de la mayoría de las delegaciones y los isleños no fueron acreditados como miembros plenos.
La delegación de la Cámara de Diputados que viajó a Panamá estaba compuesta por los salteños Walter Wayar (PJ Federal) y José Vilariño (FPV), las neuquinas Alicia Comelli y Olga Guzmán (ambas del MPN), la catamarqueña Mariana Veaute (FCyS) y la pampeana María Regazzoli (PJ). Cuando se encontraron con los dos legisladores kelpers, que llevaban credenciales con la frase “Falklands islands”, los seis legisladores informaron a la embajadora argentina en Panamá, Ana Berta. Luego hicieron un planteo al coordinador de ParlAméricas, el diputado canadiense Randy Hoback. También dieron aviso al titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, el mendocino Guillermo Carmona, quien se encontraba en la Argentina. La decisión de conjunto fue no abandonar un foro en el que iban a estar representados todos los países del continente americano –incluyendo a México, Canadá y EE UU– pero al mismo tiempo ser inflexibles en el reclamo: los legisladores kelpers no podían ser aceptados como parte de la Asamblea de ParlAméricas.
Tras la sorpresa inicial, porque los legisladores habían viajado a Panamá con la expectativa de discutir temas que no formaban parte de la agenda más sensible de la política exterior, la delegación argentina comprendió que los británicos –y con ellos los dos kelpers– habían elegido ParlAméricas para intentar una victoria diplomática. La presencia de los dos miembros de la Asamblea Legislativa de Malvinas pretendía dar un paso más en la estrategia que los británicos ya habían desplegado ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, que sesionó en Nueva York el 14 de junio. En aquella reunión, a la que asistió por primera vez un jefe de Estado argentino (la presidenta Cristina Fernández), dos integrantes de la Legislatura kelper actuaron como "peticionarios" ante el Comité. Sus argumentos habían sido el principio de la autodeterminación y la supuesta "autonomía" del gobierno isleño respecto de Londres.
Atento a esos antecedentes, y con la certeza de que habilitar la participación de los dos kelpers en un foro interamericano implicaría un serio precedente para el futuro, los seis diputados se presentaron ante el coordinador de ParlAméricas. Le advirtieron que si los legisladores isleños eran aceptados como miembros plenos de la Asamblea, la Argentina se retiraría de ParlAméricas. Mientras el canadiense Hoback y su segundo, el diputado de Panamá Víctor Juliao, evaluaban qué hacer (el primero inicialmente mostró cierta predisposición a favor de los kelpers), los diputados argentinos buscaron el apoyo de sus pares de América Latina. "La Embajada y la Cancillería se movieron enseguida, hablaron con las Cancillerías de otros países, y nosotros también hicimos lo propio. Ecuatorianos, salvadoreños, chilenos, colombianos, cubanos, la mayoría entendía la gravedad de la situación. Y sus Cancillerías les hicieron llegar la disposición de que si nosotros nos levantábamos de la sesión y abandonábamos la Asamblea, ellos debían acompañarnos", contó la diputada neuquina Alicia Comelli. "Tuvimos el apoyo incondicional de todos los países, o por lo menos de la gran mayoría", coincidió la diputada Olga Guzmán, también neuquina.
Los diputados argentinos vivieron el debate con cierta tensión. Poco después de llegar al escenario elegido para el foro, el centro del convenciones del Hotel Sheraton, comprobaron que no sólo debían lidiar con los legisladores kelpers. Entre los miembros observadores de la IX Asamblea de ParlAméricas había varios funcionarios de la embajada de Gran Bretaña en Panamá. "Se percibió una activa presencia de la Embajada británica", confió el diputado mendocino Guillermo Carmona, titular de la Comisión de Relaciones Exteriores. La coincidencia en un mismo espacio físico con los dos diputados isleños disparó varias situaciones algo incómodas: uno de los legisladores de la Asamblea kelper se presentó ante la diputada Guzmán como "representante de las Islas Falklands". "Yo le contesté que las Islas Falklands no existen como Estado autónomo o independiente. Que son las Malvinas y que son argentinas", relató Guzmán a este diario.
Con el apoyo de la mayoría de las delegaciones, los argentinos finalmente lograron que los dos kelpers no tuvieran derecho a voto. Tampoco se les permitió emitir opinión. Sólo pudieron quedarse en condición de observadores. "Nosotros, los argentinos, teníamos la curiosidad de querer participar en esos ámbitos parlamentarios, donde a diferencia del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), están también México, EE UU y Canadá. Tal vez alguno de los británicos, o de los isleños, pensó que era una buena oportunidad para tratar de hacerse de una silla en ese ámbito. Pero, bueno, al final logramos que el presidente, que es canadiense, entendiera cuál era la situación para nosotros", analizó Comelli. "Para mí fue una avivada de los británicos. Porque los organizadores aceptaron que Inglaterra mande observadores, y ellos, en vez de mandar los tradicionales observadores, les dijeron que se presentaran como representantes de la Asamblea de las Falklands", agregó la diputada.
La intervención de los legisladores argentinos en ParlAméricas tuvo mucha visibilidad. Desplegaron documentos, recordaron las declaraciones de las Naciones Unidas exhortando a negociar a las dos partes, mencionaron los respaldos a la soberanía argentina de otros bloques y espacios regionales, como CELAC, Mercosur, Unasur, BRICS y el G-77. Tras conseguir que los dos kelpers no fueran aceptados como miembros –con derecho a opinar en el debate y emitir voto– la delegación regresó a Buenos Aires con una mezcla de alivio y satisfacción. Diez días después de terminado el foro, el coordinador de ParlAméricas envió una carta formal dirigida a las diputadas Comelli y Regazzoli. "Soy consciente de que se presentó una situación incómoda", reconoció Hoback en el segundo párrafo. "Quiero agradecerles con la mayor sinceridad que hayan manifestado su punto de vista de manera tan respetuosa y cordial, y que se hayan ofrecido al diálogo franco que permitió superar exitosamente el inconveniente. Valoro profundamente la participación de Argentina en ParlAméricas", subrayó el canadiense en su carta, enviada desde Ottawa. «

Por la "declaración de ushuaia"

Aunque no se esperaban un debate por Malvinas, la presencia de los dos legisladores kelpers no tomó desprevenidos al grupo de seis argentinos. Este año, a partir de la decisión oficial de priorizar la acción diplomática por Malvinas como uno de los objetivos más importantes de la política exterior, los diputados acordaron que en cada viaje fuera del país difundirían la Declaración de Ushuaia, el compromiso conjunto de casi todos los bloques partidarios con el reclamo por la soberanía argentina sobre las islas y el espacio marítimo circundante. El único partido con representación parlamentaria que se negó a firmar la Declaración de Ushuaia fue el PRO. Tampoco viajaron a la reunión anual del comité de Descolonización, donde se pretendía mostrar que el reclamo argentino es una política de Estado que trasciende las diferencias internas.

0 comentarios :

Publicar un comentario

Sitios Afiliados

Archivo General

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...