El gobierno británico aceptó recibir a Timerman, pero sólo en presencia de los isleños; en una carta, el canciller dijo que buscan "condicionarlo" a Casa Rosada rechazó ayer abrir un canal de diálogo con Gran Bretaña sobre Malvinas después de que el gobierno de David Cameron intentara sumar a los representantes de los isleños a un posible encuentro en Londres.
El canciller Héctor Timerman declinó de manera tajante esa posibilidad y le advirtió a su par inglés, William Hague, que se abstuviera de "condicionar" a la Argentina. La reunión, originalmente pedida por Timerman a Hague, iba a hacerse en Londres la semana próxima , cuando el canciller argentino inicie una ronda de encuentros con grupos europeos que apoyan el reclamo de diálogo de la Casa Rosada.
El gobierno británico aceptó el encuentro y lo dejó trascender a la prensa, pero lo condicionó a la presencia de los representantes de las islas.
En su carta de rechazo, difundida ayer a la tarde por la Cancillería, Timerman le transmitió a Hague una fuerte advertencia: "Nuestro país es una verdadera democracia, donde mis colegas cancilleres se pueden reunir libremente con quien lo deseen sin que yo tenga que presionarlos o condicionar su presencia a reuniones que no me soliciten o no les interesen". De esa manera, hizo explícito el malestar del gobierno argentino por la jugada de Londres de sumar a los isleños al posible encuentro bilateral.
La propuesta británica incluía un encuentro tripartito entre Timerman, Hague y los representantes de la asamblea legislativa isleña Jan Check y Dick Sawle. La oferta cayó mal en la Casa Rosada, que desconoce el derecho de los kelpers a participar de una negociación bilateral. "Lamento su carta de ayer en la que señala que no puede reunirse sin la supervisión de los colonos malvinenses", le reprochó Timerman a Hague.
Esa misiva inglesa no se conoció públicamente. Desde el gobierno del Reino Unido confirmaron la invitación a Timerman para un encuentro tanto con "representantes del gobierno del Reino Unido y del gobierno de las islas Malvinas", durante su próxima estadía en Londres.
La negativa de Timerman fue acompañada de un duro cuestionamiento a Hague. "Le reitero que es una pena que usted se niegue a una reunión bilateral. Su decisión seguramente perjudicará el interés argentino de trabajar con el Reino Unido en el G-20, Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, temas de proliferación nuclear, tráfico de personas, drogas, lavado de dinero, inversiones, comercio, derechos humanos y tantos otros en los que ambos países somos activos miembros de la comunidad internacional", consideró en la carta que envió a Londres.
La respuesta de Timerman fue supervisada y aprobada por la presidenta Cristina Kirchner, desde la quinta de Olivos, donde pasó el feriado junto con su familia, según indicaron fuentes del Gobierno. Con una buena dosis de ironía, y en uno de los párrafos más duros, el canciller argentino le recomendó a su par británico que se abstuviera de organizarle su agenda de encuentros en la capital inglesa. "No es necesario que usted siga intentando armar reuniones durante mi visita a la ciudad de Londres; deje ese trabajo a nuestra eficiente embajada", lo despachó sobre el final de su carta, en referencia a la sede diplomática que comanda Alicia Castro.
Timerman envió una copia de la misiva al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que promueve el inicio del diálogo entre ambos gobiernos, por pedido expreso de la Argentina. Para exponer el caso a nivel internacional, la Casa Rosada había presentado ante el Consejo de Seguridad de ese organismo una denuncia contra el Reino Unido por la supuesta militarización del Atlántico Sur. "La comunidad internacional no acepta una tercera parte en esta disputa. Gran Bretaña insiste en desconocer más de 40 resoluciones en tal sentido.
La Argentina ha aceptado las decisiones de las Naciones Unidas ysi el Reino Unido procediera de la misma forma, ya habríamos superado un conflicto de soberanía que data de 1833", insistió el canciller argentino.
La iniciativa de sumar a los isleños al diálogo con la Argentina se da poco antes de concretarse la consulta popular que harán los habitantes de las islas Malvinas el 10 y el 11 de marzo próximo, en la que preguntarán a los vecinos si quieren mantener el actual estatus político ligado a Gran Bretaña. Dick Sawle, uno de los isleños propuestos para participar del encuentro con el canciller argentino, lamentó ante la negativa de Timerman. "La idea era dialogar de varios temas y no sentarse a negociar [por la soberanía]", se quejó. Y añadió: "Es dificil entender por qué no quiere recibirnos cuando su gobierno es el que siempre dice que quiere tener diálogo. Hay varios asuntos que son de interés mutuo, por ejemplo, la conservación de los stocks de pescado que hay en las aguas del Antlántico de Sur-Oeste". Con la decisión de ayer, el Gobierno decidió mantener la línea diplomática iniciada en el año 2000, en el gobierno de Fernando de la Rúa, de negarles a los isleños entidad en cualquier negociación bilateral. Antes, el gobierno de Carlos Menem había aplicado la denominada "política de seducción" hacia los kelpers.
Timerman tiene previsto llegar el domingo a Londres, junto con una delegación de legisladores, entre ellos, los presidentes de las comisiones de Relaciones Exterior del Senado, Daniel Filmus, y de Diputados, Guillermo Carmona..
Gran Bretaña cree que es un Imperio
Timerman explicó que "por primera vez" el Foreign Office "ha cambiado su posición" y rechaza reunirse con el canciller argentino "a menos que estén presentes habitantes en las islas Malvinas como una suerte de supervisores del diálogo entre dos Estados soberanos".
En ese sentido, el jefe de la diplomacia argentina explicó que esa exigencia por parte de su par británico, William Hague, surgió de una respuesta que demorara "35 días" ante un pedido de reunión bilateral que se cursara a través de la embajadora en Londres, Alicia Castro. Según relató Timerman , el pasado 5 de diciembre "había pedido una reunión bilateral para hablar de temas bilaterales" a efectuarse durante la visita que realizará en los próximos días a Londres para reunirse con grupos europeos que están a favor de una negociación por la soberanía de las Islas Malvinas.
"Ellos contestan el 10 de enero, 35 días después", dijo Timerman
Ante la exigencia respecto de la presencia de habitantes de Malvinas en la reunión, Timerman recordó que para las Naciones Unidas desde 1975 "es una cuestión bilateral que debe ser resuelta entre los gobiernos soberanos de la Argentina y el Reino Unido".
"Por eso hacemos caso a las 40 resoluciones de las Naciones Unidas y Gran Bretaña no. Gran Bretaña cree que es un imperio y que puede aplicar sus políticas imperiales sobre los países soberanos, y eso es inaceptable para la República Argentina"
"Es una reunión entre cancilleres, no tiene por qué haber terceras partes, porque ni las Naciones Unidas reconocen terceras partes, ni jamás el canciller se reúne habiendo terceras partes porque arregla todos los temas con sus pares", explicó. "Es extraño que (Gran Bretaña) imponga estas condiciones, quién tiene que estar en la mesa, quién tiene que hablar, quién no tiene que hablar. Nunca me pasó algo así. Lo que hice fue invitar (al canciller británico) a que venga a la Argentina, y que vea que se reúne conmigo, se reúne con quien sea, que es una verdadera democracia y (que) yo no necesito que me supervisen", concluyó.
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