España y Gran Bretaña acordaron dialogar por Gibraltar
Ambos gobiernos europeos presentaron ante la ONU una
declaración conjunta en la que se comprometen a resolver la disputa sobre la
soberanía del Peñón. El acuerdo fija un límite al reclamo por la
autodeterminación de los isleños.
El Reino Unido ocupa el Peñón de Gibraltar, de 6,5
kilómetros cuadrados y cerca de 30.000 habitantes, desde que el almirante
George Rooke lo conquistó, en 1704, durante la Guerra de Sucesión española. El
Tratado de Utrecht confirmó en 1713 la soberanía británica, y desde entonces
España la disputa.
Este verano la tensión se disparó por el lanzamiento de 70
bloques de hormigón al mar por parte de las autoridades del Peñón en una zona
en la que faenan pescadores españoles, así como la construcción de un nuevo
espigón en "La Roca", medidas que España interpretó como
"provocaciones".
España y el Reino Unido pactaron y llevaron a la Asamblea
General de la ONU una declaración comprometiéndose a resolver a través del
diálogo la disputa sobre la soberanía del Peñón de Gibraltar.
El ministro de Asuntos Exteriores español, J. M. García
Margallo, calificó este acuerdo como un "primer paso hacia el
restablecimiento de la normalidad que se rompió en 2004", cuando el
gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero creó el Foro Tripartito que
daba a Gibraltar "personalidad jurídica propia".
La declaración insta a España y al Reino Unido a llegar a
una solución definitiva sobre el Peñón "escuchando los intereses y
aspiraciones de Gibraltar", siempre que sean "legítimas conforme al
derecho internacional".
También se comprometieron a cumplir con el "espíritu de
la Declaración de Bruselas de 1984 -por la que Madrid y Londres acordaron
negociar la soberanía del Peñón- y las resoluciones de la ONU, que establecen
la preeminencia de la integridad territorial española por sobre el derecho a la
autodeterminación de los isleños.
Para España lo principal de la declaración -que fue acordada
el 28 de octubre en la Comisión de Descolonización y debe convertirse en
resolución de la ONU- es que las aspiraciones de Gibraltar deben ser
"legítimas conforme al derecho internacional", remarcó García
Margallo. La diplomacia española entiende que con esto se pone un límite al
reclamo por el derecho a la autodeterminación de los isleños.
El límite a la validez del reclamo de los habitantes de la
isla por su derecho a definir a qué país desean pertenecer abre una luz de
esperanza en la disputa entre Gran Bretaña y Argentina por las Islas Malvinas.
Históricamente, el Reino Unido ha alegado que son quienes viven en el
archipiélago los que deben decidir su futuro. El acuerdo con España, sin
embargo,¿ podría sentar un precedente distinto para esta cuestión.?
La estrategia británica para desmalvinizar Gibraltar
Nos equivocamos si tratamos de entender este hecho puntual
como un mero acto de acatamiento del derecho internacional por parte del Reino
Unido.
Este no fue un acto con vocación de "iure". Fue un
movimiento pragmático que disolvió de un solo golpe una gigantesca bola de
nieve que amenaza a los intereses británicos en Europa. Prefirió borrar de
plano la posibilidad de cualquier tipo de intromisión de Argentina en las
disputas continentales europeas y tras de esta de toda América Latina. Fue una
jugada de muy bajo costo.
El Reino Unido no es un país de doble estándar, es un país
de "estándares múltiples": Malvinas, Gibraltar, Chagos, el Caribe,
etcétera. El único hilo conductor de sus maneras internacionales es el más puro
y despoetizado pragmatismo. Aquí no se trata de que tanto Malvinas es como
Gibraltar, sino por el contrario, de que tanto Gibraltar es como Malvinas.
Gibraltar es un enclave estratégico importante pero en franca
declinación si atendemos tanto a la relocalización de los factores de poder
mundial hacia el eje Pacífico como la pérdida de presencia del capital privado
europeo en Medio Oriente y el África hidrocarburífera.
Gibraltar es mucho barato que Malvinas a los ojos de los
intereses de las corporaciones británicas de poder. Malvinas es la puerta de
acceso a la "última frontera planetaria de los recursos naturales"
conformada por la última gran porción emergida a escala planetaria no repartida
aun entre estados, la Antártida, y la segunda plataforma continental en
extensión a nivel mundial, seis millones de kilómetros cuadrados de suelo
sumergido argentino. Nunca debemos subestimar la astucia del Reino Unido. Con
los ojos en el Siglo "XXII", anuló en un solo golpe el desembarco de
la malvinización en las puertas de Europa.
Fuente: Infobae.com /Infonews.com
1 comentarios :
Sugiero reemplazar la palabra "isleños" del artículo por "habitantes de Gibraltar" ya que Gibraltar no es una isla.
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