El ELMA Río Carcarañá¨
El ¨Río Carcarañᨠera un buque de carga de 10.200 toneladas de porte bruto, 160 mts de eslora y 20 metros de manga, que la Empresa mantenía en amarre por haber pasado su vida comercial útil. Con veinte años de antigüedad, el vertiginoso avance tecnológico de la precedente década, lo había prematuramente envejecido. El día 14 de Abril con gran alegría de mi parte fui llamado por la Empresa para hacerme cargo del comando de este buque, en ese momento amarrado en el Dique 4 del puerto de Buenos Aires, con la consigna de proceder a colocarlo nuevamente en servicio activo, junto con el Jefe de Máquinas NÉSTOR ZENOBI, tarea que ambos nos abocamos con toda dedicación y entusiasmo en los días subsiguientes. Nuestra satisfacción por la misión encomendada era inmensa, dado que teníamos la competencia de otros colegas que también se habían ofrecido voluntariamente para la misión.
El día lunes 19 de Abril se terminan las tareas de alistamiento, quedando el buque listo a iniciar su carga para las Fuerzas Armadas con destino al teatro de operaciones. Ese mismo día enrola el resto de la tripulación, personal voluntario de la Empresa que en su mayoría no era de mi conocimiento, muchos de ellos muy jóvenes, especialmente la dotación de marinería. Esto no impidió de manera alguna que casi de inmediato naciera entre la tripulación y el comando del buque una comunión de afecto e intereses que perduró intacta en todo el posterior transcurso de la misión.
Al siguiente día temprano por la mañana comenzaron las operaciones de carga de elementos vitales para nuestras fuerzas armadas en Malvinas, especialmente víveres y medicamentos, como así también necesidades para la población civil de las Islas. En mi calidad de Capitán, recibí instrucciones precisas sobre la misión a cumplir por parte del Comando Naval de Tránsito Marítimo (COLCO). En la operación de carga se destacó por su eficiencia, dedicación y responsabilidad el per. Oficial Héctor Appendino, a cuyo cargo estuvo la recepción y estiba de la misma a bordo.
El día jueves 22 de Abril por la mañana recibo las últimas instrucciones de parte del Comando Naval y de la Empresa. Las operaciones de carga terminan en horas tempranas de la tarde. Embarcaron el Capitán de Corbeta DANIEL ROBELO, como Coordinador Naval, y como pasajeros con destino a Puerto Argentino, el Capitán (EJE) MARCELO NOVOA, el Sargento Ayte (EJE) VICTOR JESUS BENZO, el Cabo FAA HECTOR HUGO VARAS, el Cabo JORGE EDUARDO LÓPEZ, el Cabo 1ro (EJE) RAUL ORLANDO BARRIOS y el Cabo 1ro. RUBEN ORLANDO PARDINI. Los cuatro primeros pasajeros nombrados figuran en el rol de los Caídos por la Patria , por encontrase a bordo del malogradoARA “ISLA DE LOS ESTADOS”.Se puso el buque a son de mar y se zarpa ese mismo día con destino a Puerto Argentino. Por razones de seguridad operativa y por especial recomendación del Comando Naval, el destino del buque no fue informado a la tripulación; sin embargo ninguno de ellos solicitó ser relevado pese al presentimiento general de que el viaje a emprender se trataba de un operativo completamente fuera de lo normal. Los verdaderos hombres de mar, como demostraron ser mis tripulantes, tienen desarrollado un característico sentido del deber que hace que en circunstancias como estas no hacen preguntas y depositan toda su confianza en el Comando. Fue así que no les causó ninguna sorpresa cuando una vez zarpados les comuniqué la naturaleza de nuestra misión a Puerto Argentino.Solo me reiteraron su total apoyo para cumplir con la misma.
Al día siguiente a las 0440 hs se produce el primer ataque aéreo inglés en Puerto Argentino.Fue casi sorpresivo, pues apenas diez minutos después de recibir el aviso de “Alarma Roja”, se escucharon las primeras explosiones en dirección del aeropuerto, como así también el estampido de docenas de cañones antiaéreos de nuestra propia defensa, cuyos proyectiles marcaban la bóveda celeste con cientos de trazos . Ordené a la tripulación a concentrarse en el pasillo interior de babor y no salir a cubierta, cosa que algunos curiosos no cumplieron, no por indisciplinada desobediencia, sino por el afán de no perderse el espectáculo de ver un avión ingles barrido del cielo. En realidad ese primer ataque fue llevado a cabo por un solo avión, un bombardero “Vulcan”, que hizo una sola pasada sobre el aeropuerto con el fin de poner fuera de servicio la pista, objetivo que no cumplió,En aquel momento, lógicamente no sabíamos de ese detalle y nos pareció que se trataba de una escuadrilla de Harriers.
Este primer ataque fue de corta duración. Cuando se alejó el ruido de turbinas, también calló la artillería. La vida a bordo volvió a la normalidad, cada uno de nosotros trataba de contarle a su compañero su versión de lo vivido. Con gran satisfacción noté que nadie había descontrolado sus nervios y que la moral estaba tan intacta como al principio. Para aguardar los próximos acontecimientos pensé en nada mejor que hacer servir por adelantado un suculento desayuno “continental” , que levantó la moral aún más.
Poco después de las ocho de la mañana se produce el segundo ataque, esta vez mucho más intenso que el anterior facilitado por la luz crepuscular. Nuestras defensas antiaérea respondieron al ataque con enérgica decisión. Desde el puente de mando fuimos testigos como un avión Harrier , luego de bombardear el aeródromo desde el Este, vira 180º y pasa al baja altura muy cerca nuestro abriendo fuego con sus cañones. Las ráfagas de proyectiles salpicaron la superficie del agua a poca distancia del costado de babor. Instantes después, el mismo avión picó hacia el cielo yfue alcanzado por un misil argentino. Cayó envuelto en llamas como una bola de fuego en el mar cerca de la boca de la bahía.La tripulación estalló en gritos de júbilo y aplausos como si estuviesen mirando un espectáculo deportivo.
El ataque del enemigo
El ataque del enemigo
El domingo 16 de Mayo amaneció raramente apacible desde el punto de vista meteorológico. Nuestra vida transcurría relativamente cómoda, excepto por el hecho de tener que soportar la tensión y el racionamiento de agua, reducido a solo una hora por día. Nada indicaba que este día quedaría imborrable en nuestra memoria y que sería el comienzo de una serie de experiencias y aventuras completamente ajenas a nuestra condición de marinos mercantes.
Alrededor de las diez de la mañana avistamos una columna de humo negro en la dirección de la Bahía Zorro y seguidamente nos sobrevoló un par de aviones que identifiqué como HARRIERS. A partir de ese momento no nos quedamos tranquilos. Todo el mundo permaneció atento a una posible sorpresa enemiga.Recibimos la noticia que el alijador “FORREST”había rescatado a dos sobrevivientes del ARA. “ISLAS DE LOS ESTADOS”,que eran el Capitán de Corbeta PAYAROLA y el marinero mercante ALFONSO LÓPEZ.Esto nos colmó de alegría y renació nuestra esperanza de que fuesen varios más los que se encontraran antes de finalizar el día. Por la actividad aérea enemiga observada,permanecí en el puente, redoblando los vigías y alertando a la tripulación de permanecer atenta. A 1350 hs me encontraba dentro del cuarto de derrota, cuando el Oficial de Guardia Sergio Dorrego, avista dos aviones aproximándose velozmente por la banda de estribor y dio la correspondiente voz de alarma, que se extendió casi instantáneamente por todo la nave. Recuerdo que mientras bajamos rápidamente la escalara interna, ordené a todo el mundo refugiarse cuerpo a tierra en el pasillo interior de babor de la cubierta principal, previendo que los aviones atacarían por la banda contraria donde estaba el sol.Apenas alcancé ese lugar, oímos una fuerte explosión seguida por un sacudón del buque y seguidamente otra. Fueron dos bombas que explotaron en el agua a corta distancia al costado de Estribor. El ruido de las turbinas de los aviones al pasar era ensordecedor, instantes después reanudaron el ataque por la misma banda disparando alevosamente ráfagas de cañón de 30 mm apuntadas directamente a la superestructura central del buque, con la clara intención de causar el máximo número posibles de bajas entre la tripulación. Fueron un total de cuatro pasadas las que tuvimos que soportar. El ataque duró no más de diez minutos, que nos parecieron una eternidad. Felizmente, ningún proyectil alcanzó llegar hasta donde habíamos buscado refugio y por lo tanto no tuvimos ninguna baja ni heridos.
Cuando aprecié el alejamiento de los atacantes, ordené el abandono del buque porque estaba convencido que pronto volvería a atacarnos otra vez. Simultáneamente, ordené a los Jefes de Sección ( Jefe de Máquinas y per. Oficial ) que hagan una rápida evaluación de las averías sufridas. Se constató que la mayoría de los camarotes de la banda de estribor habían sido perforados por los proyectiles, algunos de ellos casi destruidos. Lo mismo los botes y balsas de la misma banda, incluso la chimenea. Personalmente constaté que el casco a la altura del bote Nº 1 presentaba gran hundimiento de chapa en forma redonda con la pintura ennegrecida, evidentemente debido a la explosión de las bombas arrojadas por los aviones y que felizmente no hicieron impacto directo.
Exactamente a las 1415 hs abandonamos el buque.Previamente el Comisario Sr. Tettamanzi consiguió salvar la documentación más importante y de mi parte junto con el Contramaestre Cáceres tiramos en la cubierta superior cuatro bombas de humo color naranja para dar a los posibles atacantes la impresión que el buque se estaba incendiando. Posteriormente, terminada la contienda, por fuentes inglesas me enteré que la treta había dado resultado.La operación de abandono fue hecha organizadamente, sin pánico.Para los tripulantes con restricciones físicas habíamos previsto una guingola para bajarlos a los botes, que se utilizó con éxito para evacuar a nuestro 2do. Cocinero, que en aquel entonces estaba muy excedido en peso. Los últimos en abordar el bote salvavidas fueron el Contramaestre Cáceres y yo mismo.
Apenas a una distancia de 50 metros del buque, el “convoy” de botes salvavidas, compuesto de la Lancha Nº 2 (motor) que actuaba de como remolcador al Bote Nº 4 (propulsión manual) y una balsa neumática , aparecen nuevamente un dúo de Harriers en amenazante vuelo rasante. Sin embargo no abren fuego, pero igualmente provocó intensa alarma entre los indefensos ocupantes de los botes salvavidas.Navegamos lentamente a favor del viento, es decir hacia la costa norte de la bahía, que distaba una milla del barco, que abordamos a las 1500 hs .Esta maniobra no resultó fácil por tratarse de una costa de configuración rocosa . Desembarcamos e inmediatamente encendimos un fuego utilizando la misma turba típica de la isla.Mandé un grupo para explorar en las cercanías un lugar relativamente reparado del viento donde poder levantar un campamento, que de antemano lo bautizamos “VILLA CARCARAÑÁ”.Mi idea básica, compartida por la totalidad de los Oficiales y tripulación era la de asentarnos en tierra mientras perdurara el peligro de ataque y luego, durante la noche volver al buque para buscar víveres, mantas y materiales y herramientas para construir refugios, imitando aquellos vistos en Puerto Argentino.El problema principal para ejecutar ese plan era que la lancha a motor hacía mucha agua a través de la bocina de hélice, problema que no pudimos superar por falta de elementos.
La otra alternativa que consideré era dirigirnos a pié hacia Ganso Verde.Estabamos a unos 50 Km de ese lugar, estimaba que podía hacerse en dos o tres días, para lo cual poseía una carta topográfica y una brújula. Además teníamos con nosotros al grupo de infantes de marina armados al mando del Teniente de Navío VERON, que habían embarcado en Bahía Zorro a pedido del Coordinador Naval Robelo, por “razones de seguridad” y que se encargarían entonces de brindar la cobertura contra posibles hostilidades. Esta alternativa, la descarté porque era evidente que algunos de mis tripulantes por su edad y condiciones físicas no podían realizar semejante viaje.
Estábamos en plena tarea de organización cuando, doblando una punta, aparece el Alijador FORREST, cuyo comandante el Teniente de Navío MOLINI al acercarse me comunica que podía trasladarnos la Bahía Zorro, invitación que acepté de inmediato por el bien de toda mi tripulación .Procedimos entonces a embarcar utilizando nuestro bote y balsa salvavidas,Fue una gran alegría volver a encontrarnos con el Capitán de Corbeta ALOIS PAYAROLA y el marinero mercante ALFONSO LÓPEZ, únicos sobrevivientes del Transporte ARA “isla de los Estados”, que habían sido recientemente rescatados, luego de haber vivido una verdadera odisea como náufragos en la Isla del Cisne, episodio que merece quedar en los anales de nuestra Historia Naval como ejemplo de sacrificio y voluntad sobrehumana al servicio de la Patria.También había sido recuperado el cuerpo del 1er. Oficial ESTEBAN BOTTARO que había fallecido por exposición al frío poco después de alcanzar dicho islote.
Luego de cuatro horas de navegación, soportada a la intemperie por falta de espacio en la pequeña embarcación costera,llegamos al establecimiento de Puerto Foxen calidad de náufragos. Fuimos recibidos por un soldado quien primero nos informó cual era la palabra de santo y seña vigente en el momento y nos guió en la oscuridad hasta una barraca de chapa, muy próxima donde estaba atracado el Transporte ARA “BAHÍA BUEN SUCESO”.
La noche era muy fría, solamente disponíamos de lo puesto como abrigo y la manta que cada uno se había llevado cuando abandonamos el buque.En la barraca encontramos forrajes con los cuales preparamos nuestras camas sobre el piso.Nuestro relativo descanso fue interrumpido a las tres de la mañana por ALARMA ROJA, es decir advertencia de ataque aéreo. Tuvimos que desalojar rápidamente la barraca pues estaba demasiado cerca al Transporte atracado, lógico posible blanco. Nos fuimos a otra unos 300 metros más lejos.
Aparte de no haber podido descansar durante la noche, durante el resto del día fue prácticamente imposible organizarnos. El estado de ALARMA ROJA se mantuvo permanente y tuvimos que permanecer largas horas cuerpo a tierra detrás de un cerco que ofrecía relativa seguridad. A 1300 has dos Harriers atacan con cañón la zona del muelle sin causar daños de importancia.A 1700 con gran tristeza participamos del sepelio del 1er. Oficial del Isla de los Estados ESTEBAN BOTTARO, ceremonia que estuvo a cargo del Padre MARCOS, Capellán del Ejercito, con los correspondientes honores militares.Pese a al profundo sentimiento de congoja que nos invadía, no dejamos que el desaliento y desesperación se apodere de nosotros. Por el contrario, reafirmamos nuestra determinación de que el sacrificio del Capitán Bottaro no fuese en vano.
Héroes tripulantes del ELMA ¨Río Carcarañá¨
DELL ELICINE Edgardo APPENDINO Héctor DORREGo Sergio A. MAZZI Claudio N . ZENOBI Nestor A. LOMBARDI Leopoldo VILLAREAL Miguel A. BALIN Mauricio J . BECHI Raul ELIZALDE Francisco TETTAMANZI Santiago M. GIANELLO J ulio CACERES Dionisio OJEDA Rogelio CHA VEZ J ose L. MEDINA Arturo M. SPATARO Jorge D. SAUCEDO Ceferino MORAN Federico DEL NEGRO Juan A. SALERNO Roberto N. ROSA TO Miguel R. JARAMILLO Luis OLIVA Pedro REBELO J osé R. MAMBRIN Damian KEMPTER Juan ABALDE Angel GATTI Abel A. P ARADA Antonio CORBALAN José A. HERRERA Francisco CHIARO Jorge O. HERRERA Victor M. PRESTIA Antonio DUARTE Carlos A. CASTRO Angel LOPEZ Miguel CANZANO Domingo HIDALGO Hugo J. LASCANO Julio C. | Capitán 1er.Oficial de Cubierta 2do.Oficial de Cubierta 3er. Oficial de Cubierta Jefe de Máquinas 1er.Oficial de Máquinas 2do. Oficial de Máquinas 3er. Oficial de Máquinas Jefe de Radio 1er. Oficial de Radio 1er. Comisario Alumno Maq. Esc.ENN Contramaestre Carpintero Cabo de Mar Marinero Marinero Marinero Marinero Marinero Marinero Marinero Aprendiz Marinero Aprendiz Enfermero 1er. Electricista 2do. Electricista 1er. Mecánico Mecánico Pañol. de Máquinas 1er. Cabo Engrasador Engrasador Foguista Maquinas Ayudante Mozo Mozo Mozo Mozo Ayte. 1er Cocinero 2do Cocinero Ayte. Cocinero |
El ARA "Bahía Buen Suceso"
El "Bahía Buen Suceso" llega a Buenos Aires el 8 de Julio de 1950 y realiza su primer viaje al sur en Agosto. Hizo muchísimas campañas antárticas, además de llevar a Europa a un equipo para las olimpíadas de Helsinki en 1952. En 1958 traslada a Inglaterra la tripulación del recién adquirido portaaviones Independencia.
A partir de 1969 se iniciaron los viajes de transportes regulares a Malvinas, con lo que se trasladaron equipos, materiales y personal civil y militar para la construcción del aeropuerto y la estación de combustible de YPF, que se llamó Antares, estos viajes se llevaron a cabo con el "Bahía Buen Suceso" y otros buques
A partir de 1972 cumple una línea regular a las islas Malvinas junto con dos BDT, llevando carga y turistas también.
En 1982 el "Bahía Buen Suceso" estaba cerca del final de su vida útil, pero su tamaño lo hacía ideal para una nueva tarea donde haría honor a su trayectoria. Convocado para efectuar el traslado de operarios privados hacia Georgias del Sur, que debían desguazar una instalación ballenera, comenzó una etapa que sería definitiva no sólo para este buque y sus tripulantes sino para la historia Argentina.
Cuarenta operarios y ocho toneladas de equipo fueron desembarcados en Georgias y el "Buen Suceso" regresó a Puerto Belgrano, con escalas en Ushuaia y Puerto Deseado, el 5 de Abril de 1982, sólo 3 días después de la invasión a Malvinas. No se pudo descansar ya que de inmediato el buque debió ser reacondicionado para nuevas cargas que debían ser llevadas a Malvinas, aún con los diversos problemas mecánicos que tenía el viejo buque. Cargó artillería antiaérea, munición, víveres y equipos y tras varios días de navegación sigilosa volvió sal muelle de Puerto Argentino, que lo había visto ya tantas veces, pero en misiones de paz.
Descargó sus materiales pero quedó allí hasta fin de Abril como alojamiento precario de tropas. Ante la inminencia de ataques ingleses se ordenó la rápida zarpada de los buques de Puerto Argentino por lo que el "Buen Suceso" debió esconderse en los fondeaderos recónditos que ofrecen las islas. Dentro de estas operaciones llega a Bahía Fox, donde había un destacamento de tropas del Ejército Argentino que se mantenían en esa aislada posición.
Por una fuerte tormenta, el muelle antiguo de madera cedió y el barco quedó varado sin propulsión, por lo que descargó todo lo que aún tenía en bodegas. Fue mientras tanto visto por vuelos de reconocimiento de aviones ingleses y al mismo tiempo el barco de ELMA "Río Carcaraña" era bombardeado por las fuerzas británicas.
La aviación británico hostigó al buque con pocos daños, ya que la tripulación estaba en tierra excepto el capitán y un radiotelegrafista que fue herido en un ataque. Se le dio orden de moverse hacia la Isla Soledad, pero debido a las averías no se pudo mover.
Cuando se acordó el cese el fuego, la tripulación destruyó los elementos de comunicaciones, documentación clasificada y lanzó al mar la munición que aún había en la bodega, inundando los tanques para mantener la escora del barco. Las dotaciones del Buen Suceso y del Río Carcarañá fueron evacuadas en el Bahía Paraíso.
El buque fue sacado de ese lugar con gran dificultad por los ingleses y utilizado luego de terminada la contienda como blanco de misiles y cañones de buques de la Royal Navy. Finalmente fue torpedeado y hundido por el submarino convencional Onyx.
Si bien podemos pensar que este viejo barco no tuvo un final feliz, no podemos dejar de reconocer que su honrosa trayectoria de campañas antárticas y malvinenses lo hará mantenerse siempre en la memoria de todos aquellos que navegaron o se formaron con él. Su desempeño en la gesta de Malvinas en tanto estuvo al comando de nuestros marinos fue de pleno rendimiento, mucho más allá de sus limitaciones y posibilidades.
Por su actuación en la batalla el buque fue condecorado por nuestra Armada con la distinción “OPERACIONES EN COMBATE”.
El ARA Bahía Buen Suceso en el Apostadero Naval Malvinas.jpg |
Héroes tripulantes del A.R.A. ¨Bahía Buen Suceso¨
ALTAMIRANDA, Ramón Antonio
ARCUDI, José Carmelo
BARRIENTOS, Ramón Rómulo
BLANCO, José
CACERES RAMOS, Rogelio Pablo
CHIESA, Roberto Luis
CHILLEMI, José
CIPRIANO, Maximiliano
DI COSTANZO, Juan
DIEGO, Alejandro Oscar
GIACOSA, Juan Carlos
GIZZI, Fernando Julián
GOMEZ, Pedro Nolasco
HROVATIN, Ernesto
ILLARIETTI, Alberto
MARTINEZ, Marcelino
MARTINEZ, Mario Agustín
MARTINEZ, Martín
MARTINEZ OLVEIRA, José Manuel
MARTINO, Alberto Orlando
MEDINA, José Ramón
MICHEL, Carlos Alberto
NIELLA, Osvaldo Marcelino
OLANO, Carlos Eduardo
PANSINI, Conrado
PEÑA, Luis
PEREZ, Luis
ROLON, Gregorio
ROMERO, Vicente
SAAVEDRA, Raúl Roberto
SILVA, Ginés
SIMIAN, Rodolfo
SOSA, Juan Carlos
VAZQUEZ, Emilio
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Marino Mercante
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Conscripto
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1 comentarios :
DEMOSTRAMOS LO QUE NO CREÌAN.
LOCARNINI(TF-OCONTRAM EN PUERTO DESEADO 1968 a 1086)
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