Los kelpers pretenden más vuelos para propiciar el turismo pero sin que ello implique favorecer la posición argentina en el reclamo por las islas Malvinas.
La Cámara de Comercio de los kelpers afirmó que Malvinas necesitan “desesperadamente” un segundo vuelo semanal con Suramérica.
“La capacidad para el desarrollo (de las islas) está siendo limitada y un nuevo vuelo traerá nuevas oportunidades de crecimiento en todos los sectores de la economía. Más capacidad es desesperadamente requerida”, señala la declaración de la Cámara. Esta ejemplifica los problemas con "la falta total" de disponibilidad de asientos que hay ya hasta fines de enero en el vuelo de Latam que cada sábado hace la ruta Santiago-Punta Arenas (ambas Chile) - Mount Pleasant, con la escala mensual en la capital santacruceña. “Esto no es sólo una restricción a las oportunidades de turismo y a los negocios sino que significa que ninguna carga comercial podrá ser importada en las islas hasta febrero”.
Actualmente, los vuelos que unen el continente con Malvinas se realizan únicamente los sábados desde Chile: una vez por mes, el vuelo hace escala en Río Gallegos, desde donde se puede viajar al archipiélago.
De izq a der. Los kelpers Rendell y Summers viejos personajes
que operan para el colonialismo británico en las Islas Malvinas
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Actualmente, los viajes que unen el continente con Malvinas se realizan únicamente los sábados desde Chile: una vez por mes, el vuelo hace escala en Río Gallegos, desde donde se puede viajar al archipiélago.
Las ofertas por el nuevo vuelo a mitad de semana se realizarán este mes y el servicio comenzaría a funcionar en octubre próximo, sin que empresas argentinas puedan participar del proceso.
El vuelo tendría lugar los días miércoles con una escala en territorio continental argentino, en una ciudad que aún no fue definida, aunque trascendió que podría ser Comodoro Rivadavia, en Chubut.
El funcionamiento sería similar al del vuelo que ahora hace escala en Río Gallegos, aunque de mayor capacidad, y no se necesitarían trámites de inmigración en la escala, se informó.
Aerolíneas Argentinas fuera del acuerdo por los vuelos a las Malvinas
En la reunión reservada que mantuvieron en Londres, el 22 de diciembre de 2016, los vicecancilleres Alan Duncan, del Reino Unido, y Pedro Villagra Delgado, de la Argentina, con una reducida comitiva de ambas partes, que incluyó a dos legisladores kelpers como parte de la delegación británica; se acordó ampliar la frecuencia aérea a Malvinas, aunque esos nuevos vuelos a Puerto Argentino sólo se harán por compañías registradas de Brasil o Chile, de las que dependerá el proceso de ofertas que tomará su tiempo.
Una fuente calificada de la Casa Rosada que manejó de cerca las negociaciones con la diplomacia británica en Londres expresó que "No hay posibilidades legales y políticas hoy para que opere Aerolíneas Argentinas u otra empresa argentina en la ruta a las islas Malvinas".
El impedimento legal y político es que si la Argentina quiere volar sobre su propio territorio (como es el caso de las Malvinas) no necesita intervención de un tercer país. A la vez, por el código aeronáutico internacional están prohibidos los vuelos de cabotaje dentro de un propio país concedidos a una empresa extranjera. Pero la idea de que sea una empresa de bandera argentina la que opere en la ruta a Puerto Argentino no lo permitirán ni Londres ni los isleños, que consideran las Malvinas parte de su territorio. Se necesitará entonces un convenio especial con un tercer país en este caso. No será la primera vez que ocurra esto.
El mismo entuerto legal se dio cuando se habilitaron los vuelos de Punta Arenas a las Malvinas con la empresa LAN Chile. Actualmente hay un vuelo semanal de Chile a Puerto Argentino que una vez al mes hace escala en Río Gallegos.
Para poner en marcha este esquema, el gobierno del entonces presidente Eduardo Duhalde emitió el decreto 1179/2002, que autorizó a una línea extranjera a realizar operaciones de cabotaje en jurisdicción argentina. Ese decreto, de julio de 2002, autorizó a LAN Chile a operar en las Malvinas con una escala mensual en Río Gallegos. Esa norma se ajustó a un acta suscripta entre las autoridades aeronáuticas de la Argentina y de Chile del 14 de agosto de 1996, que regía para las relaciones aerocomerciales entre ambos países.
Según ese decreto, "no existen en materia de derechos de tráfico de tercera y cuarta libertades limitaciones en cuanto a rutas, frecuencias y material de vuelo a utilizar, previéndose incluso la posibilidad de extender las operaciones a más de un punto en un mismo territorio".
En el caso de que se lleve adelante el acuerdo sellado en Londres anteayer, se evalúa repetir esta misma fórmula legal. Pero quedó en claro para ambas cancillerías que no será Aerolíneas Argentinas ni una empresa británica la que se ponga al frente de esta ruta.
Argentina no debería permitir que las Islas Malvinas sean un destino atractivo, mientras continúe la ocupación ilegal británica, que pretende incrementar el turismo o los negocios soslayando el reclamo argentino. El hecho que no son vuelos rentables, hace que las empresas no se disputen dichos vuelos.
Hacer ingresar más países a la oferta de vuelos, que solo beneficia a la posición británica, puede ampliar los conflictos con los países de la región, implicados en los nuevos vuelos hacia Malvinas. Ante, una potencial suspensión de estos vuelos, si así lo solicitara Argentina a Chile o Brasil, podría generar polémicas y empatía a la posición británica, aunque ambos países dijeron que solo respetan lo que disponga las autoridades argentinas respecto a los vuelos que se acepten ir a Malvinas.
¿Cuál es el beneficio de aumentar más vuelos al exterior desde Malvinas?. Conceder a cambio de nada, atendiendo los deseos de los kelpers, contradice lo que establecido en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas donde quedó claro que Argentina respetará los intereses de los kelpers, pero no sus deseos, al no ser sujetos de derechos sino una población colonial implantada en un suelo bajo disputa de soberanía, que debe ser resuelta mediante la negociación bilateral entre Argentina y el Reino Unido, quien desoye las resoluciones establecidas en tal sentido y pretende concesiones argentinas a cambio de más intransigencia y ninguna voluntad para resolver el conflicto por las Islas Malvinas con la Argentina.
Fuente : Noticias Argentinas - La Nación - Clarin
Fuente : Noticias Argentinas - La Nación - Clarin
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