Malvinas y las falacias de la autodeterminación
Son suficientemente conocidos los derechos soberanos que le asisten a la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y los argumentos esgrimidos por el Reino Unido de Gran Bretaña para no sentarse a negociar como lo demandan las Naciones Unidas.
El argumento británico principal solamente en el caso específico de las Islas Malvinas es que deben respetarse los derechos y las pretensiones de los habitantes de las Islas Malvinas, los mismos que han sido reconocidos como ciudadanos británicos plenos. Sin duda, que el argumento del Reino Unido es poco sostenible debido a que los isleños nacidos en las Islas Malvinas son hoy una minoría de la población local como lo demuestra el último Censo en las Islas del 2006. Antes de la guerra de Malvinas, los isleños no tenían la ciudadanía británica, y la adquirieron en 1983, otorgándoseles en 1985 autonomía mediante la creación del Malvinas Islands Government. El gobernador de Malvinas, junto a siete isleños integran un Consejo que rige la administración de las islas y tiene un vínculo permanente con el Reino Unido. Unido del cual dependen en materia de políticas públicas tales como la política exterior y de defensa de esa monarquía.
Al contar con la ciudadanía británicas los isleños fueron reconocidos como naturales de ese país y con los mismos derechos de cualquier ingles frente de la Unión Europea, lo cual llevó a una significativa emigración de las islas, particularmente de la juventud malvinense radicándose en Europa, lo que llevó a Londres a traer, a partir de1992, una nueva inmigración proveniente de países de la comunidad europea, nativos ingleses, nativos de otras posesiones de ultramar y de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth) con la consiguiente alteración de la integración nativa de las islas, que tiene a partir del año 2006 una minoritaria composición de isleños nativos al punto que el Malvinas Islands Government se integra hoy con tres personas nacidas en Malvinas y cinco ingleses llegados al territorio con posterioridad a 1990.
De acuerdo a los datos fidedignos de que se disponen a través del Censo de las Islas del 2006, la mayor parte de la población actual de las islas es transitoria y llega al territorio a los efectos de la realización de negocios y efectuar inversiones o cumpliendo contratos de trabajo temporales. Como lo ha señalado con acierto la especialista Virginia Gamba “Las Islas no están más pobladas por isleños, sino por europeos que, además rotan. Con lo cual no existe más el condicionante de considerar los intereses de los isleños –ya que estos son europeos-, ni sus deseos –ya que son una población transitoria- ni su modo de vida- ya que esta es artificial y está dictada por la dinámica de servir a las necesidades de una base militar permanente”.
Es decir que la supuesta defensa de la voluntad de los isleños no pasa de ser una argucia británica, para seguir manteniendo la ocupación y la negativa a cualquier tipo de negociación como lo establecieron las Naciones Unidas en sus resoluciones 2065 y 3160, donde instaran reiteradamente a las partes a realizar conversaciones sobre la soberanía en la Cuestión Malvinas, Cuestión esta que siempre se reconoció como aplicable a las Islas Malvinas, las Georgias y Sandwich del Sur. A esto se suma la arrogancia de los sucesivos gabinetes británicos, que siguen sosteniendo que la cuestión Malvinas no es negociable desde ninguna perspectiva, continuando en sostener que la decisión la tienen los isleños, que son los habitantes legítimos del territorio.
Mostrando un notable desconocimiento del problema, hace unas semanas un grupo de conocidos intelectuales, coincidiendo con la posición británica, insistió en el reconocimiento de los derechos de los isleños, sin tener en cuenta que además de ser una población trasplantada es una población rotativa, sin arraigo, donde la única motivación son las inversiones, y la escasa población original no puede ser considerada sujeto de derecho por su escasa representatividad no solo territorialmente, sino aún en el Consejo que rige las Malvinas Islands Government, donde se encuentra en clara minoría. Aun así, la Argentina, a través de su Constitución y como se reitera ante la comunidad internacional, siempre tendrá en consideración el modo de vida de los isleños nativos, aquellos que antes de 1983 no tenían aun la plena ciudadanía británica. No tiene asidero el extender tales derechos a los ciudadanos europeos, ingleses y/u otros que se han asentado transitoriamente en las islas y que no pueden ni deben opinar sobre el futuro de las mismas.
De acuerdo con la estructura que regía en las Islas Malvinas, el Reino Unido de Gran Bretaña, siempre consideró como una misma unidad territorial a las Islas Malvinas, las Georgias y las Sandwich del Sur, y las presentaciones efectuadas por las partes en las Naciones Unidas, siempre tuvieron presente al conjunto de las islas tal como las consideraba el gobierno de Londres. Tanto es ello así, que las negociaciones de 1977 y aun posteriormente en la década del 90 siempre ubicaron a los tres grupos de islas bajo el paraguas general de la disputa de soberanía de la Cuestión Malvinas, posición esta siempre aceptada por el Reino Unido. Sin embargo por una decisión de la Reina del 20 de marzo de 1985, aprobada por el Parlamento británico el 28 de marzo de ese año, el territorio de las Georgias y Sandwich fue separado administrativamente de las Malvinas, sin dependencia funcional de las mismas como había sido hasta ese momento (Statutory Instruments, 1985, Nº 449, South Atlantic Territories. The South Georgia and South Sandwich Islands Order 1985). Esta división territorial, fue a su vez confirmada por decisión real de noviembre de 1989, entrando en vigor en el mes de enero de 1990, por la cual se establecieron los límites territoriales de las Georgias y las Sandwich, incluyéndose las coordenadas de Mar territorial que les correspondía a las mismas (Statutory Instruments, 1989, Nº 1995, South Atlantic Territories, The South Georgia and South Sandwich Islands (Territorial Sea) Order 1989).
La decisión del Reino Unido de separar administrativamente tales territorios, no fue aprovechada por ninguno de los sucesivos gobiernos de la democracia para reclamar la iniciación de conversaciones y obtener un sustancial avance en nuestra disputa para obtener la soberanía sobre las Malvinas, ya que pondría a ese país ante la inevitabilidad de tener que negociar sobre las Georgias y las Sandwich, sin la excusa de tener como parte determinante a la población nativa de las islas. Esto es así, debido que en ambos grupos de islas no existe población alguna, y si reducidas guarniciones militares y científicas de carácter rotativo, que tienen el único fin de ejercer la custodia militar de esos territorios.
Como resulta imperioso utilizar todos los recursos diplomáticos al alcance de la Nación para recuperar los territorios usurpados, sería fundamental realizar las acciones que fueran necesarias a los efectos de comunicar al gobierno del Reino Unido, que sobre la base de las resoluciones de las Naciones Unidas, y sin perjuicio de los derechos soberanos a las Islas Malvinas, que es decisión del gobierno argentino buscar conversaciones simultaneas y paralelas para solucionar la disputa territorial en torno a las Islas Georgias y Sandwich, tratándola separadamente pero conjuntamente de la cuestión referida a Malvinas.
Gran Bretaña debe responder ante Naciones Unidas y ante la Republica sus razones para negarse a cumplir con las resoluciones que imperan dentro de las discusiones del Comité de Descolonización de esa organización. Gran Bretaña no debe responder únicamente a la situación imperante en las Islas Malvinas, sino también en las Georgias y las Sandwich. En el caso de estas últimas, el argumento británico de referir toda negociación a los isleños no es aplicable a los territorios de Georgias y Sandwich del Sur. Tal argumento no podría ser esgrimido en ningún caso, ni tampoco la existencia de una vinculación estructural que fue dejada sin efecto por decisión unilateral de la monarquía británica hace 27 años.
Es importante poner de manifiesto que la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, al comprender a las Georgias y las Sandwich, extendería su jurisdicción, resultando un incuestionable avance para finalmente recuperar las Malvinas
En síntesis, la Republica ha activamente pedido el cumplimiento de las resoluciones pertinentes para que Gran Bretaña negocie bilateralmente la soberanía por las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Sin embargo, en los últimos años, el esfuerzo de negociación pacífica de esta reconocida disputa, ha soslayado la especial situación de las islas Georgias y Sandwich del Sur, que al ser parte del todo y no contar con población local nativa de ninguna especie, no ha sido objeto de un especial reclamo a Gran Bretaña que permita avanzar sobre el cumplimiento de las resoluciones pertinentes en los tres territorios en cuestión. Es por lo tanto imperativo que la Cancillería Argentina asegure que la discusión sobre los tres grupos de islas tenga en cuenta la falta de población nativa de las Georgias y las Sandwich del Sur y busque, por lo tanto, una expedición británica que acepte comenzar las negociaciones por la soberanía en este grupo de islas al mismo tiempo que se busca reactivar las negociaciones por la soberanía en las islas Malvinas teniendo en cuenta que los isleños nativos son hoy una minoría. Asimismo, es importante que la Cancillería Argentina busque la definición final sobre quién es un habitante nativo de las Malvinas y especifique que los derechos al modo de vida de los habitantes de las Malvinas, indicado en la Constitución Nacional, es aplicable solamente a aquellos nativos nacidos en las islas antes de 1985, momento este en que todos pasaron a ser ciudadanos británicos.
Cabe destacar, que por las proyecciones de las Georgias y las Sandwich del Sur en el mar continental, la decisión del gobierno argentino de negociar sobre estos territorios en forma separada y simultánea, pondría a Gran Bretaña en una situación difícil de sostener ante los organismos internacionales, favoreciendo la posición argentina, al mostrar, que nunca tuvo voluntad alguna de realizar conversaciones serias y responsables, y si continuar con la más que centenaria usurpación de los tres grupos de islas.
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