viernes, 22 de febrero de 2013

22 de febrero Día de la Antártida Argentina


22 de febrero Día de la Antártida Argentina 

El 22 de febrero se conmemora en nuestro país el Día de la Antártida Argentina y un nuevo aniversario de la permanencia ininterrumpida de la Argentina en la Antártida.

La fecha se instituyó por Ley de la Nación Nº 20.827/74 publicada en Boletín Oficial 23.043 del 26 de noviembre de 1974.

La Antártida Argentina o Sector Antártico Argentino, integra una vasta área que ocupa el casquete polar austral y en la que prevalecen condiciones ambientales particulares -distintas a las de América del Sur- las cuales tienen una influencia muy marcada en la presencia y en las actividades del hombre. 

Esa zona está afectada a un régimen jurídico especial cuyo ámbito territorial abarca toda el área al sur de los 60º de latitud Sur.

 La región antártica delimitada por los meridianos 25º y 74º Oeste y el paralelo 60º de latitud Sur, forma parte del que fuera Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, establecido por Decreto-Ley Nº 2129 de fecha 28 de febrero de 1957, hoy por ley provincial. 

Las autoridades provinciales residen en Ushuaia y el Gobernador designa anualmente su delegado para la región antártica, quien representa así al poder civil de la zona. 

La primera Base que se pone en funcionamiento en la Antártida fue en 1904 la Base Orcadas, en las Islas Orcadas del Sur se puso en funcionamiento el Observatorio Meteorológico Antártico Argentino. 


La Base Orcadas no sólo es la primera permanente para Argentina sino para el mundo y única durante sus primeros 40 años. Allí se instaló el primer grupo humano.

Esta presencia se fortaleció en 1951 con la creación del Instituto Antártico Argentino, tras un decreto firmado por el entonces presidente Juan Domingo Perón, y el posterior establecimiento de la Dirección Nacional del Antártico en 1969. Hasta el año 1944 nuestro país fue el único ocupante permanente de la Antártida y uno de los 12 países signatarios del Tratado Antártico suscripto en 1959. A su vez, la Argentina fue firmante de la prórroga conocida como “Protocolo de Madrid”, en 1991, que prohíbe, por un período de 50 años, la explotación de recursos naturales no renovables e insta a la preservación del medio ambiente 

En 1948 se instaló el Destacamento Naval de Concepción y luego en 1951 se inaugura la primera base continental en la Antártica, la Base San Martín.

Luego en 1952 la Base Esperanza y allí nacieron los primeros niños del Continente Blanco, también hubo casamientos entre los integrantes de la dotación y allí funciona la Escuela y colegio secundario. Se fundó la radio “Arcángel Gabriel”.

Asimismo, cabe recordar que en 1955 se funda la Base Belgrano, la más cercana al Polo y posteriormente, en 1961 la Base Matienzo, que en el verano de 2008–2009 su dotación completa fue de mujeres; en 1969 la Base Marambio, luego la Base Jubany. 

La Argentina también fue pionera en llevar Cruceros y turistas al Continente Blanco y actualmente, junto con otros países firmaron el Tratado Antártico con fines pacíficos y científicos.

HUGO ALBERTO ACUÑA PRIMER ARGENTINO QUE IZÓ LA BANDERA ARGENTINA EN LA BASE ORCADAS DE LA ANTÁRTIDA ARGENTINA 

Con 18 años, no sólo fue el primer argentino que izó nuestra enseña patria en el Continente Blanco, sino que se constituyó en el primer estafeta postal. Sus restos descansan en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. 


Su nombre y su historia no es ampliamente conocida por todos los argentinos. Se llamaba Hugo Alberto ACUÑA a los 18 años de edad, siendo empleado de la División Ganadería del Ministerio de Agricultura de la Nación, fue enviado por el Correo Argentino a las Islas Orcadas del Sur para habilitar la primer estafeta postal. Allí protagonizó un hecho trascendente de soberanía: izó la bandera argentina en territorio antártico el 22-FEB-1904 

En una desgastada libreta de tapas negras, con caligrafía prolija, casi elegante, describe ese momento: "A pesar del frío, vestimos traje de paseo, como en Buenos Aires. Hay 5 grados bajo cero. La bandera asciende en el modesto mástil y comienza a flamear. Ya tenemos listo el pabellón azul y blanco. Ya estamos en nuestra propia casa."

Para llegar a esa tierra polar, el joven estafeta había abordado el bergantín "Scotia" junto a un alemán y un uruguayo. Doce meses después -en febrero de 1905- regresaba al territorio continental argentino aquilatando la experiencia vivida en una cabaña de 14 m2, construida con piedra, forrada con lona y con techo de cumbrera.

 "Nuestra cabaña -relata en su diario- tiene dos ventanas pequeñas. Todo su moblaje es una biblioteca chica, una cómoda, una mesa, cuatro banquitos y cinco coys."

La modesta vivienda austral no pocas veces fue presa de feroces tormentas. Una vez más, las viejas libretas escritas por ACUÑA dan cuenta de ello: "El 08-MAR-1904 el despertar fue un poco feliz. El mar, con olas gigantescas, violentas, deshizo una barranca de nieve que había contra la cabaña. El único bote estuvo a punto de perderse. El mar también se llevó la defensa de piedra que tenía la casa. Diez días después terminamos el nuevo parapeto, hecho con grandes piedras que acarreábamos desde la montaña. Muchas veces hubo que interrumpir el trabajo por nevadas y vientos."

"El 04-ABR-1904 volvió la furia del mar. Se llevó de nuevo la muralla. Por momentos, la cabaña quedaba cubierta por las olas. La temperatura habla descendido. Estábamos enteramente mojados. Nuestra ropa pronto se cubrió con una espesa capa de hielo. La pared había quedado en pie, curiosamente, gracias a que las piedras están unidas por el hielo."

FESTEJO PATRIO 

El 25-MAY-1904 ACUÑA vuelve a protagonizar otro hecho histórico. "El himno resuena en una mandolina que también tocará la marcha de Ituzaingó. Es la primera vez que se conmemora la fecha patria del 25 de Mayo debajo de los 60º de latitud sur." 

La lectura de las libretas -que hace 20 años me mostrara su hija Zulema ACUÑA de CASTRO- desprende anécdotas, vivencias y apasionantes descripciones del paisaje antártico.

"A nuestro alrededor se extiende un panorama maravilloso, imposible de describir. Sólo dos colores se distinguen: el azul del cielo, el blanco de la nieve. Un poco afuera de la bahía y en medio del hielo, vemos una gran mancha oscura. Es el agua del mar, que parece hervir; de su superficie se escapan densas columnas de vapor que se elevan en formas caprichosas. Nuestros ojos tienen un círculo blanco. Pestañas y cejas desaparecen bajo una capa de hielo. El vapor de la respiración también se hiela. Las ventanas de la nariz están blancas. Pegamos la boca al abrigo."

Aquel jovencito que se hizo hombre de golpe en el confín antártico, fue también un paciente filatelista y recordado en 1975 con un sello postal conmemorativo junto a los pioneros australes José María SOBRAL, Luis PIEDRA BUENA, Carlos M. MOYANO y Francisco Pascacio MORENO.

Ya jubilado y radicado en el barrio de Florida, partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires, Hugo Alberto ACUÑA fallece de un infarto de miocardio el día 13-MAY-1953. Sus cenizas fueron trasladadas a la ciudad de Bahía Blanca, donde descansan en el cementerio local, junto a los restos de su esposa, Zulema FERREIRA de ACUÑA, quien se había radicado en la casa de una de sus hijas de esta ciudad.

2 comentarios :

Unknown dijo...

SOY SOBRINO-NIETO...

Unknown dijo...

HACE 110 AÑOS...


PRIMER ARGENTINO QUE IZÓ LA BANDERA ARGENTINA EN LA BASE ORCADAS DE LA ANTÁRTIDA ARGENTINA

Con 18 años, no sólo fue el primer argentino que izó nuestra enseña patria en el Continente Blanco, sino que se constituyó en el primer estafeta postal. Sus restos descansan en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires.

Su nombre y su historia no es ampliamente conocida por todos los argentinos. Se llamaba Hugo Alberto ACUÑA a los 18 años de edad, siendo empleado de la División Ganadería del Ministerio de Agricultura de la Nación, fue enviado por el Correo Argentino a las Islas Orcadas del Sur para habilitar la primer estafeta postal. Allí protagonizó un hecho trascendente de soberanía: izó la bandera argentina en territorio antártico el 22-FEB-1904

En una desgastada libreta de tapas negras, con caligrafía prolija, casi elegante, describe ese momento: "A pesar del frío, vestimos traje de paseo, como en Buenos Aires. Hay 5 grados bajo cero. La bandera asciende en el modesto mástil y comienza a flamear. Ya tenemos listo el pabellón azul y blanco. Ya estamos en nuestra propia casa."

Para llegar a esa tierra polar, el joven estafeta había abordado el bergantín "Scotia" junto a un alemán y un uruguayo. Doce meses después -en febrero de 1905- regresaba al territorio continental argentino aquilatando la experiencia vivida en una cabaña de 14 m2, construida con piedra, forrada con lona y con techo de cumbrera.

"Nuestra cabaña -relata en su diario- tiene dos ventanas pequeñas. Todo su moblaje es una biblioteca chica, una cómoda, una mesa, cuatro banquitos y cinco coys."


FESTEJO PATRIO

El 25-MAY-1904 ACUÑA vuelve a protagonizar otro hecho histórico.

"El himno resuena en una mandolina que también tocará la marcha de Ituzaingó. Es la primera vez que se conmemora la fecha patria del 25 de Mayo debajo de los 60º de latitud sur."

Aquel jovencito que se hizo hombre de golpe en el confín antártico, fue también un paciente filatelista y recordado en 1975 con un sello postal conmemorativo junto a los pioneros australes José María SOBRAL, Luis PIEDRA BUENA, Carlos M. MOYANO y Francisco Pascacio MORENO.

Ya jubilado y radicado en el barrio de Florida, partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires, Hugo Alberto ACUÑA fallece de un infarto de miocardio el día 13-MAY-1953. Sus cenizas fueron trasladadas a la ciudad de Bahía Blanca, donde descansan en el cementerio local, junto a los restos de su esposa, Zulema FERREIRA de ACUÑA, quien se había radicado en la casa de una de sus hijas de esta ciudad.

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