Murió Thatcher una de las responsables de la Guerra de Malvinas
Una de las mayores maquiavélilcas y nefasto personaje que optó por salvar a su gobierno a costa de una guerra, en un archipiélago extranjero y distante a más de 12.000 km de su país.
Uno de los personajes que optó por entrar en una guerra aliada a EE.UU. para salvarse de las críticas y protestas de la que era objeto.
Thatcher creadora del desempleo y la debacle económica, haciendo correr sangre en un conflicto contra Argentina que si luchó por una causa justa, mientras que la llamada ¨Dama de Hierro¨ solo por el banal propósito de un gobierno decrépito y conservador.
Thatcher responsable del hundimiento del crucero ARA Gral Belgrano.
El hundimiento del ARA General Belgrano se produjo el domingo 2 de mayo de 1982, durante la Guerra de las Malvinas, a consecuencia del ataque del submarino nuclear británico HMS Conqueror. El hundimiento del crucero argentino permitió a los británicos la superioridad naval en la zona. El ataque causó la muerte de 323 argentinos
Un artero ataque por orden de Thatcher
Se buscaba entonces un "blanco de oportunidad" por lo menos desde hacía tres días, con la intención de dar un gran golpe que abroquelara a los británicos detrás de su decisión y colocara a la defensiva a la dictadura argentina. Y así fue cuando el 30 de abril, la primera ministra británica recibió la noticia de que el submarino nuclear HMS Conqueror había localizado el Belgrano.
El 2 de mayo llegadas las 16.00 (hora en Argentina), Margaret Thatcher se reunía con su gabinete de guerra en la residencia campestre de Checkers, cercana a Londres. Fue durante esa reunión que se dio la orden al comandante del Conqueror de hundir el crucero.
El debate sobre la legitimidad del ataque comienza cuando un mapa de la época de la inteligencia estadounidense marca que la última posición del Belgrano fue a 30 millas náuticas al sudeste del cordón de seguridad (un perímetro de 200 millas alrededor de las Islas) trazado por Londres. Esta hipótesis, es desestimada aún hoy tanto por altos mandos de la Armada Argentina que por parte de la Royal Navy británica.
Sandy Woodward, el entonces jefe de la Fuerza de Tareas británica, quien aclaró que no podían permitir que un buque de guerra argentino se acercara a una zona de exclusión en forma arbitraria para que los atacara cómodamente desde allí. Creó polémica en su momento en los medios argentinos también el hecho de que el capitán del submarino, al volver a base, izó la bandera pirata Jolly Roger. Pero éste suceso fue rápidamente aclarado por las autoridades británicas al explicar que ésta bandera representa para la Royal Navy el símbolo histórico del hundimiento de buques enemigos.
En 1993 el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano fue denunciado por los familiares de las víctimas ante la Comisión Investigadora de las Violaciones a los Derechos Humanos, dependiente del Ministerio de Defensa de la República Argentina como un crimen de guerra innecesario. La Comisión Investigadora, con fallo dividido resolvió que la investigación del hundimiento del Crucero Belgrano no era el objeto de la investigación. Esta resolución causó una gran controversia por cuanto la resolución ministerial Nro. 220 del 2 de junio de 1993 es taxativa por cuanto dice así:
[...] destinada a investigar la posible existencia de actos violatorios a las normas vigentes en materia de derechos humanos, durante y después de los episodios bélicos acontecidos en Malvinas y Atlántico Sur a partir del 2 de abril de 1982.
La denuncia se basó en cuanto se describe en el Manual de San Remo sobre Derecho Internacional Aplicable a los Conflictos Armados en el Mar, al cual se rigen los conflictos armados en el mar.
El 2 de julio de 2000, familiares de los caídos, denunciaron a Thatcher por el hundimiento del Belgrano. La ex primer ministro del Reino Unido fue acusada por los familiares de "homicidio calificado" ante el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo. En julio de 2000 el caso fue rechazado por este Tribunal.
El apoyo de EE.UU a Margaret Thatcher
Estados Unidos nunca fue neutral frente a Malvinas y Ronald Reagan estableció un fuerte compromiso con Margaret Thatcher horas antes de la invasión argentina a las islas; la Unión Soviética, en especial su aparato militar, prestó ayuda satelital a la Argentina que fue usada para hundir naves británicas; en los ámbitos militar y político de la Argentina la guerra se dio por perdida antes de que empezara y en plena negociación diplomática, con la task force del Reino Unido en camino a Malvinas, ya sonaban nombres de militares dispuestos a reemplazar a Galtieri al frente de la dictadura; el miembro de la junta militar de la Armada, almirante Isaac Anaya, fue el impulsor ideológico de la guerra y quien obstaculizó toda posibilidad de acuerdo con Gran Bretaña ante un Galtieri acorralado por su soberbia, indeciso frente a un conflicto que se le escapaba de las manos y obnubilado por sus sueños de eternizarse en el poder y los vahos del alcohol; hubo al menos una posibilidad de que la guerra no estallara, y se frustró: la realidad de Malvinas sería hoy muy diferente.
Una llamada crucial
“Reagan colgó el teléfono con la sensación de haber dicho algo que no había sido comprendido por su interlocutor. El mensaje -pensó- no llegó a destino. Galtieri, por su parte, concluyó el diálogo convencido de que había sido un buen gesto de Reagan, pero sin poder asir el verdadero significado de su llamada.
Después de cortar la comunicación con Galtieri, el presidente norteamericano dirigió un mensaje a la primer ministro Thatcher en el que definió la política que seguiría Estados Unidos si Argentina invadía Malvinas. El tono afectuoso y cálido usado por Reagan, (encabeza su mensaje “Dear Margaret” y se despide con “Warmest wishes, Ron”) permite presumir el tuteo entre ambos mandatarios. El texto del mensaje, revelado en un documento del Departamento de Estado enviado a la Embajada en Buenos Aires, lleva fecha del 1° de abril.
“Querida Margaret:
Acabo de hablar largamente con el general Galtieri sobre la situación en las (Falklands). Le transmití mi personal preocupación sobre la posibilidad de una invasión argentina. Le dije que iniciar operaciones militares contra las islas Falklands (Malvinas) comprometería seriamente las relaciones entre los Estados Unidos y Argentina y lo urgí a abstenerse de una acción ofensiva. Le ofrecí nuestros buenos oficios y mi buena voluntad de enviar a un representante personal para ayudar a resolver esta cuestión entre Argentina y el Reino Unido.
El general escuchó mi mensaje, pero no se comprometió a cumplirlo. En cambio, habló en términos de ultimátum y me dejó la clara impresión de que estaba embarcado en un curso de conflicto armado. Vamos a seguir cooperando con tu gobierno en el esfuerzo por resolver esta disputa, ya sea intentando evitar las hostilidades o detenerlas si estallan. Mientras tenemos una política de neutralidad sobre el tema de la soberanía, no seremos neutrales si Argentina usa la fuerza militar”.
De esa forma, horas antes de la invasión a Malvinas, Gran Bretaña tuvo el incondicional apoyo estadounidense.”
Thatcher y su amistad con Chile
Margaret Thatcher confirmó al reunirse con el cipayo dictador Agusto Pinochet, las sospechas de que Chile brindó un importante apoyo a Gran Bretaña durante la Guerra de las Malvinas, en 1982.
En la visita que hizo Pinochet a fines de los ´90 a Gran Bretaña quedó detenido y Thatcher fue la que pidió la liberación inmediata del dictador chileno mediante una solicitada expresando su agradecimiento al chileno por el apoyo en la guerra de Malvinas.
En aquel momento Thatcher expresó en una carta al The Times "Sería vergonzoso predicar la reconciliación con uno (por Menem, que por aquel entonces haría una visita oficial a Gran Bretaña) mientras se mantiene arrestado a alguien que, durante aquel conflicto, hizo tanto para salvar vidas de británicos".
"El general Pinochet debe ser autorizado a retornar a su país sin dilación", indicó.
Por su parte, el ex comandante británico de la guerra Jeremy Moore decía que el gobierno de Pinochet les proporcionaba "información importante. Desde las altas montañas del sur de Chile se espiaba el movimiento de las bases argentinas".
En esta misma línea de revelaciones, el general retirado sir Jeremy Moore, ex comandante de las fuerzas de tierra británicas en las Malvinas, señaló a una agencia de noticias argentina que Londres contó con la ayuda de Estados Unidos y de Chile.
"Sólo sé que desde el sur de Chile, desde las altas montañas, se espiaba el movimiento de las bases argentinas, por ejemplo con radares, y se nos informaba sobre la salida de los aviones", aseguró Moore. "En pocas palabras, los chilenos nos daban información y señales de advertencia."
La sorpresiva declaración de Thatcher fue la primera confirmación oficial de que Chile colaboró con Londres durante la Guerra de las Malvinas y era un anuncio incómodo a pocos días de la visita de Menem como mandatario argentino a Gran Bretaña.
Aunque siempre se había asegurado que Londres y Santiago mantuvieron estrechos contactos durante la guerra, que -se sospecha- incluyeron abastecimiento de combustible, apoyo logístico y transferencia de datos de la inteligencia chilena a su par británica, la declaración de Thatcher constituye de por sí una revelación histórica.
Durante todo el conflicto, Chile enfatizó reiteradamente la neutralidad del país, aunque las sospechas argentinas se acentuaron cuando, el 18 de mayo de 1982, un helicóptero británico Sea King, matrícula ZA290, se precipitó a tierra al sur de Punta Arenas, en Chile, fuera del área de conflicto que enfrentaba a Londres y Buenos Aires.
Antes de ser hospitalizado, Pinochet había visitado a Thatcher, con la que se dice que mantiene una íntima amistad, en su domicilio londinense.
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