Malvinas: La farsa de la neutralidad de EE.UU podría acabarse
La intención británica de sincerar a su incondicional aliado del norte, para que apoye abiertamente a los británicos, puede que surja efecto. La maniobra británica de ponerse así mismos como la ¨victima¨, a través de los kelpers, a los que el Reino Unido otorga, de forma unilateral, con un apócrifo y circense referendo,derechos inexistentes que van en contra de los establecido en las Naciones Unidas sobre el diferendo encuadrado dentro de un conflicto internacional por la soberanía Malvinas.
El proyecto yankee para reconocer a los kelpers como dueños
de las islas.
Un republicano de nombre Mario Díaz-Balart presentó el
viernes pasado, junto con otros 15 diputados oficialistas y opositores, un
proyecto de resolución para que la administración de Barack Obama reconozca el
resultado del referéndum de marzo pasado, en el que los habitantes de las islas
Malvinas manifestaron su voluntad de seguir bajo el dominio británico.
De prosperar la iniciativa de esos legisladores, se rompería
con la supuesta neutralidad de EE.UU. frente al conflicto por Malvinas.
En el proyecto se indica que los kelpers "tiene el
derecho de determinar su propio futuro" y por ello se solicita que
"Estados Unidos reconozca el referéndum de las Islas ya que refleja la
expresión libre y democrática". Además establece que "la opinión y
derechos de los kelpers debe ser tenida en cuenta en cualquier discusión futura
sobre el futuro" de las Islas Malvinas.
"La resolución que presenté junto con mis colegas
reconoce que los resultados del referéndum son una expresión clara de cómo los
kelpers quieren ser gobernados, e insta a que en el futuro el diálogo sobre las
Islas Malvinas debe incluir las opiniones y los deseos de los isleños
mismos", sostuvo Díaz Balart.
En ese sentido el legislador expresó que "la pequeña comunidad de la isla en el Atlántico Sur busca seguir viviendo en paz y ampliar aún más su economía" y que insta a sus colegas y a la comunidad internacional "a respetar los abrumadores resultados del referéndum y honrar el derecho de autodeterminación de los pueblos libres".
La iniciativa se enmarca dentro de un cambio en las
relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la Argentina. John Kerry,
secretario de Estado, en su primera visita oficial a Londres, en febrero
pasado, "se apartó del discurso de su antecesora Hillary Clinton y no
recomendó que las partes dialoguen sobre la soberanía", y " apenas
pidió que lo hagan sobre asuntos prácticos -turismo, petróleo, pesca-, que es
lo que reclama el Reino Unido".
Los bloqueos tanto de EE.UU como de Canadá para que Argentina
no ponga sobre la mesa el reclamo por Malvinas en cumbres regionales, tal como la
de ministros de defensa del continente son más que evidentes y reflejan una clara
posición pro británica respecto al conflicto de Malvinas.
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