lunes, 12 de octubre de 2015

Con un folleto colonialista los kelper pretenden debilitar el reclamo argentino por Malvinas

Folleto colonialista kelper pretende debilitar el reclamo argentino por Malvinas

Los kelpers difunden un pasquín, sin valor histórico, con el que, según ellos ¨desmienten¨, el contundente reclamo argentino por Malvinas.

La colonia de kelpers, funcional a la propaganda británica, intenta distorsionar hechos históricos argentinos respecto a Malvinas. Repleto de falsedades, la pasquín, apunta a los lectores que no están interiorizado con la historia y el reclamo argentino por Malvinas, tratando de confundirlos y buscar apoyo a la postura colonial, del Reino Unido.

Con un pasquín, difundido por el gobierno colonial del los kelpers, en Malvinas; escrito por un desconocedor absoluto de la historia argentina, intentan confundir a los argentinos llegando hasta cuestionar y degradar al notable, jurista y diplomático argentino, José María Ruda, representante argentino ante Naciones Unidas que logró obtener, la Resolución 2065 XX, cuando planteó la existencia de dos partes en la disputa: Argentina y el Reino Unido. Donde se considera a la Argentina, y no a otro grupo, como la víctima de la acción colonial británica. Por otro lado, la resolución establece que la disputa debe resolverse tomando en consideración a los «intereses» de los «habitantes» en oposición a los «deseos» de un «pueblo» con derecho a la autodeterminación.

Dr. José María Ruda
El gobierno británico, engaña a los propios kelpers diciendo, que los británicos están en Malvinas desde 1765, y omitiendo que fue una ocupación clandestina y temporaria; que España protestó dicha intromisión británica, cuya ambición, por tomar las islas, data desde cuando Lord George Anson regresó a Inglaterra después de su expedición de piratería alrededor del mundo en 1744 y propuso establecer una base en las Malvinas. En 1745 el embajador español en Londres tomó conocimiento de que se estaba preparando una expedición para ocupar las islas, efectuándose una protesta diplomática. El gobierno británico respondió que sus navegantes las habían descubierto y que las visitaron en el siglo XVI. España respondió que las islas eran adyacentes al continente americano y que también sus navegantes las visitaron en el mismo siglo, por lo que la expedición fue paralizada.

La corona británica, consciente de que las islas abrían parte del océano Pacífico a sus intereses comerciales, organizó una expedición que fue preparada en secreto para evitar los reclamos españoles. Según consta en los mismos documentos ingleses, en el Reino Unido se informó que la expedición se dirigía a las Indias Orientales, aunque esto se trataba de una ficción (a blind). El verdadero destino fue revelado a los tripulantes recién el 22 de octubre, antes de abandonar Río de Janeiro. A su mando, el comodoro John Byron arribó a las islas en enero de 1765 —un año después del desembarco francés— y estableció una base temporaria a la que nombró como Port Egmont en homenaje al Lord del Almirantazgo conde de Egmont, ubicada en el paraje previamente bautizado por Bougainville como Poil de la Croisade y llamado por los españoles Puerto de la Cruzada, sobre la isla Trinidad (la principal de las Sebaldinas). Debido a un entusiasta reporte de Byron, Inglaterra decidió enviar otra expedición para establecer una base permanente.

Los intrusos británicos desconocían, por completo, que otro intruso había llegado un año antes que ellos a Malvinas. En 1764, el marino francés Bouganville, se estableció en Port Louis, con un contingente de colonos. Ambas ocupaciones ilegales fueron protestadas por la corona española, Bouganville reconoció la soberanía española y los británicos se retiraron en 1774, previo acuerdo y cláusulas secretas, a partir, de la firma de los Tratados de San Lorenzo o Nootka Sound, donde reconocieron tácitamente la soberanía española sobre el archipiélago, no regresando más por las islas Malvinas hasta usurparlas a la Argentina en 1833.

A partir de 1774, los españoles ejercieron plena soberanía,sobre Malvinas. Ante estas intromisiones extranjeras en Malvinas, a partir de 1767 España designó 20 gobernadores y ejerce plena soberanía por 37 años consecutivos hasta 1811 (Un año después del comienzo de la Revolución de Mayo, gesta emancipadora argentina que le permite el surgimiento como país independiente).

Tras la retirada de la corona española, las Islas Malvinas son ocupadas formalmente, el 6 de noviembre de 1820,  por autoridades argentinas. Recordando que las islas fueron parte del antiguo Virreinato del Río de La Plata, como muchas otras ciudades y regiones que hoy constituyen la República Argentina. Y por el principio del uti possidetis, se asegura que las fronteras se mantengan según los límites de los viejos territorios coloniales de los cuales emergieron nuevos países en el continente americano. Demostrando, una vez más, que la corona británica jamás tuvo el control, y mucho menos la soberanía, sobre las islas Malvinas. Nunca fueron parte del Reino Unido sino de España y luego de la República Argentina. De modo tal que la invasión y la usurpación británica, de 1833, a las islas Malvinas, bajo el pretexto que eran territorio británico, es un engaño.

La propaganda colonialista también omite que tras la usurpación británica, de 1833, a las Islas Malvinas; el 16 y 22 de enero de 1833, Argentina protestó por el uso de fuerza británica. Luego vino la protesta del ministro plenipotenciario argentino, don Manuel Moreno, en Londres, el 24 de abril de 1833, más una segunda el 29 de diciembre de 1834. Siguieron, protagonizada por otros funcionarios, las protestas de 1841, 1849, 1888, 1908, 1927, 1933 y 1946. De ahí en más y prácticamente de forma anual, la Argentina continuó sus quejas a nivel Naciones Unidas. Aunque Argentina estuvo 35 años sin objeciones, en su última queja, la de 1849, señaló específicamente que la ausencia de futuras protestas no significa que el país abandone sus reclamos. Y si de ausencias hablamos, la británica, totalizó unos 50 años de  1774 a 1833.

Tampoco dicen que en 1825, Gran Bretaña firma un tratado comercial, con Argentina, bajo la condición de reconocer la independencia argentina. Los británicos firman, sin objetar, ni hacer referencia, alguna, a las Islas Malvinas, que desde 1820, están bajo plena soberanía argentina, año en que Argentina realiza la ocupación formal de las mismas. De esta manera los británicos reconocieron tácitamente la soberanía argentina sobre Malvinas. Por lo tanto, cuando los británicos, las invaden, en 1833 expresando, que eran territorio británico, mienten.

La ambición británica por tomar territorios en América del Sur, es clara y contundente, demostrado en las dos invasiones inglesas a Buenos Aires, de 1806 y 1807, en la usurpación de Las Islas Malvinas en 1833, y la invasión al Río Paraná, junto con Francia, en 1845, con el fin de pretender adueñarse de los ríos internos argentinos para comerciar con la provincias y así, dividir y controlar el territorio. Eso culminó con la batalla de la Vuelta de Obligado, una victoria pírrica argentina, de las tropas de Juan Manuel de Rosas. En el Tratado de paz de 1849 de Arana-Southern, tras el fin de ese conflicto sobre el Río de la Plata y el Paraná, firmado entre la Confederación Argentina y Gran Bretaña. El tratado fue firmado y aceptado para que los invasores británicos y franceses reconozcan la soberanía argentina, sobre las aguas del Río Paraná y de La Plata, y no vuelvan a intentarlo. La propaganda, de desinformación, británica presenta, a ese tratado como si también abarcara la cuestión Malvinas, y si se tratara de un cierre de cuentas general. Cuando en ninguno de sus párrafos se refiere a Malvinas, ni siquiera se hace mención.

Argentina tiene una posición muy sólida, fundamentada histórica, geográfica y políticamente, no así los británicos. Donde prefieren evitar, la historia, llena de mentiras y contradicciones, optando por mencionar Malvinas, solo vinculado a los kelpers, donde hablan de defender su ¨derecho¨ a la autodeterminación, inaplicable en el caso Malvinas, y aun así, aplicando la política de doble vara, negándole, ese derecho, al pueblo de Chagos, echado por los británicos de la islas Diego García, para retarle su hogar a los EE.UU. quién puso una base aérea ,desde donde atacan, a Medio Oriente. Al igual, que la base militar británica en Malvinas, no es para defender a los kelpers, y fue planeada mucho tiempo antes que el conflicto de Malvinas, el cometido de esa base es ser la cabeza de playa, del colonialismo británico, para tomar territorios sobre el sector antártico.

El gobierno británico intenta presentar a los kelpers como si se fueran una población, ajena a los británicos, que eligen ser británicos, omitiendo aque la presencia de ese contingente fue producto de una invasión, y usurpación británica, al suelo argentino. La causa Malvinas es anterior a la presencia de los británicos kelpers, quienes acusan al pueblo argentino, de todos sus males, al que ahora quieren mostrar como el agresor de lo que ellos mismo cometen por el resto del mundo, la piratería, la usurpación y el colonialismo.

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