Los ministerios de Energía y Transporte quieren contratar a una de las firmas extranjeras que participan en la exploración de la extracción de petróleo en Malvinas
El año pasado el actual ministro de Defensa Julio Martínez, remarcó que las empresas AHTS Maersk Traveller y AHTS Maersk Pacer, ambas del grupo dinamarqués AP Moller Maersk participaron en el remolque de Ocean Guardian, una plataforma petrolera que la empresa Rockhopper Exploration contrató para las exploraciones que se iniciaron en febrero de 2010.
A su vez el buque tanque de la misma, el Maersk Rapier, llevó combustible desde la Isla Ascensión a las Malvinas. Pero al mismo tiempo los remolcadores con bandera del Registro Internacional de Dinamarca, AHTS Maersk Searcher y Maersk Seeker, acreditan trabajos para Total en su proyecto Vega Pléyade.
El buque tanque Maersk Seeker propiedad del Grupo dinamarqués AP Moller Maersk, empresa que participó en febrero de 2010 en el remolque de Ocean Guardian, plataforma petrolera perteneciente a la empresa Rockhopper Exploration que opera en la extracción de petróleo ilegalmente en Malvinas. El año pasado comenzó a opera en el proyecto offshore Vega Pléyade emplazado a 20 km. de la costa, al sur de la Bahía de San Sebastián. Este yacimiento offshore de gas y condensados se desarrolla a través de una plataforma ubicada en una zona con una profundidad de agua de 50 m. y conectada a través de un gasoducto submarino de 77 km. a las instalaciones de tratamiento en la costa de Río Cullen y Cañadón Alfa. Recordemos que ley 26.659 prohíbe que toda persona o compañía localizada en la Argentina preste servicios o tenga cualquier tipo de participación en personas jurídicas que desarrollen actividades en Malvinas. Cuando el negocio habla, la soberanía pasa a un segundo plano.
Martinez presentó en su momento un largo informe el discurso del kirchnerismo sobre la defensa de la soberanía en Malvinas y sus controles, más que laxos: Chevron, con un acuerdo con YPF en el yacimiento de Vaca Muerta, es socio inversor de Oil Spill Response Limited, que presta servicios a las empresas en Malvinas. British Petroleum, tiene entre sus accionistas a Black Rock, también accionista de Barrick Gold y con participación en las petroleras de Malvinas Rockhopper, Desire petroleum y Falkland Oil and Gas.
En la Revista Puerto, mencionan otro caso de larga data pero en materia de pesca. “La empresa Pesantar fue denunciada por formar parte del conglomerado japonés Nissui que opera en Malvinas a con otra empresa de ese grupo radicada en Chile. El sumario sobre Pesantar sigue los procesos administrativos en la Argentina. Los nuevos dueños de la firma ya hicieron el descargo y ahora debe decidir el Estado Nacional si corresponde la aplicación de sanciones y cuál es la autoridad que debe aplicarla”.
Los ministerios de Energía y Transporte quieren a Maersk
Ahora los actuales ministros de Energía Aranguren y de Transporte Dietrich contratan remolcadores de la empresa danesa Maersk colaboradora de los británicos en la exploración de petróleo en Malvinas. Además los nueve remolcadores ofrecidos por Maersk no estaban matriculados en la Prefectura Naval al momento de presentación de la oferta, tal como exigían las bases y condiciones de la licitación.
Recientemente Laura Alonso de la Oficina Anticorrupción, frenó a Aranguren y Dietrich la contratación de remolcadores a la danesa Maersk.por denuncias de irregularidades en la licitación pero no por violar la ley ley 26.659 que prohíbe contratar a empresas que operen contra los intereses argentinos en Malvinas.
Frente a la intervención de la OA, la conducción de Enarsa decidió congelar la adjudicación y esperar la opinión final de los funcionarios que dependen de Alonso.
Los técnicos de Enarsa sostienen que quedaron metidos en este embrollo por culpa del subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Jorge Metz, y del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
Alonso puso al frente del caso a su investigador Principal, Lucas Trigo, quien comenzó a solicitar información tanto a Enarsa como a los denunciantes.
Según parece, Metz y Dietrich fueron los que más impulsaron la incursión de Maersk en el negocio de los remolcadores para ampliar la competencia y bajar las tarifas que cobran las empresas locales.
Actualmente, Maersk tiene la concesión para operar hasta 2019 la terminal 4 del puerto de Buenos Aires. Concentra casi el 20% del tráfico mundial de contenedores y es una de las principales líneas marítimas que moviliza las cargas de importación y exportación del país.
Por la demora registrada con la adjudicación del contrato de Enarsa, los directivos de Maersk resolvieron abrir el paraguas y dejar anclados en el puerto de Montevideo a cuatro de los nueve remolcadores que estaban trayendo a la Argentina.
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