El capitán post mortem Rubén Eduardo Márquez había nacido en Coronda, Santa Fe y era un oficial de la especialidad Comando del Ejército Argentino perteneciente a la Compañía de Comandos 602 a cargo del mayor Aldo Rico.
El teniente primero Márquez se había casado seis meses antes de ir a Malvinas. No tuvo hijos. Hoy aquella alianza de matrimonial fue entregada por Avruj a sus familiares. El teniente primero Rubén Eduardo Márquez falleció, con 26 años, detrás de las líneas enemigas en el área del Monte Kent, el 30 de mayo de 1982.
"Mamá la patria me llama” le dijo su hijo Rubén a su madre Elda, antes de partir a Malvinas donde ofrendaba su vida por la Patria horas después de su arribo, en un enfrentamiento con las fuerzas de élite del Reino Unido, SAS, en la zona cercana a Monte Kent conocida como Bluff Cove Peak. La próxima noticia que recibió fue la de su fallecimiento. Desde ese día luchó por conocer su lugar de entierro y las circunstancias de su muerte en combate.
Elda Gazzo, madre de Rubén Eduardo Márquez, recibió una nota anónima en la habitación del hotel que ocupaba en Puerto Argentino, Islas Malvinas. Allí, le indicaban que su hijo estaba junto a su compañero de armas, Oscar Humberto Blas, entre las tumbas 10 y 9 del Cementerio de Darwin. Nunca supo quién fue el autor de esa nota. Pero, veinte años más tarde, sus nietas, sobrinas del capitán Rubén Eduardo Márquez, confirmaron que aquel mensajero desconocido estaba en lo cierto.
Las sobrinas del teniente primero Márquez muestran una foto de su abuela en mano, donde se la ve frente a las dos tumbas que la nota anónima le había señalado. Ellas nunca le habían creído del todo la historia del mensaje, tan misterioso como acertado. Pero los datos genéticos han ofrecido un 99,97% de certidumbre de que el dato era correcto.
Hoy, la lucha por conocer su destino final la siguieron sus sobrinas cuando a la abuela se le acabó el tiempo. Sus sobrinas Lorna y María Victoria Márquez ya conocieron la ubicación exacta de su cuerpo en el cementerio de los soldados argentinos caídos en la guerra del Atlántico Sur. “Chilo”, como le decían sus camaradas, está en la tumba número 10, junto a Blas, cuyo lugar de entierro había sido también había sido determinado hace algunos meses.
En busca de esta verdad, cuentan sus nietas, ella visitó hace ya muchos años a Aldo Rico, comandante de la Compañía 602. Esperó seis horas y nunca la recibió. Un tiempo después, Rico tocó en la puerta de su casa, en Coronda. Le dijo que no había podido recibirla en ese momento porque no sabía qué decirle, cómo explicarle. “Él también necesitaba un tiempo” piensa en voz alta María Victoria. El tiempo también les trajo a ella y a su hermana Lorna la respuesta que esperaban. 36 años después de la partida de su tío Chilo.
A 36 años de su fallecimiento, se pudo confirmar la ubicación en el Cementerio de Darwin que el capitán Rubén Eduardo Márquez está sepultado en la misma tumba que fue visitaba, por su madre, sin tener alguna certeza que se tratara la de su hijo, que entregó la vida por la Patria.
1 comentarios :
Soy Ricardo Schroh y no puedo creer que era tan joven mi teniente, yo tenia 18 años cuando lo conozco en la compañí tea de arenales aerotrasportada 4 de Córdoba.
Marquez fue muy disciplinado y sentía en alma de ser militar y todos los que fuimos adiestrados por el aprendimos que significa ser militar.
Era Tremendo soldado yo lo conoci en abril del 78 y salí de baja en mayo del 79.
A nosotros nos tocó vivir el problema de las
Islas con chile.
Tengo muy lindos recuerdos de Rubén...un par de veces me mando a afeitarme de nuevo para salir de franco...lo respetabamos.
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